Historias de marcas

La historia detrás de la marca del pelícano: triunfó vendiendo plumas y hoy la maneja un argentino

Pelikan nació en Alemania como una fábrica de tintas y acuarelas, pero encontró su nicho en el negocio de la escritura. Por qué tomó a esta ave como su símbolo.

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Lapiceras, acuarelas, mochilas y hasta plastilinas. Todo con el sello del pelícano alimentando a sus polluelos. La compañía alemana Pelikan es uno de los grandes players de artículos de librería y su tradicional logo está íntimamente ligado con una de las personas que la hizo crecer.

Carl Hornemann, fundador de la firma hoy conocida como Pelikan

El alemán Carl Hornemann encontró en su hogar la inspiración para crear un negocio. Uno de sus padres se dedicaba a enseñar escritura, mientras que el otro estaba a cargo de una tienda de arte. Entonces el joven, químico de profesión, fundó una fábrica de pinturas y tintas en la ciudad de Hannover en 1832. Aunque la compañía considera a 1838 como su fecha oficial de nacimiento ya que en ese año publicó su primera lista de precios.

La idea original era producir en Alemania los colores que solían importarse desde Francia e Inglaterra. Al principio elaboraba óleos, acuarelas y tinta para que los niños usen en la escuela. El proyecto creció rápidamente y en 1842 ya había necesitado expandirse a un establecimiento más grande.

Nacimiento del pelícano

En 1871 Günther Wagner, quien se desempeñaba como director de la planta y también era químico, tomó el mando de la empresa. Dos años después, el propio Wagner diseñó el dibujo del pelícano que se convirtió en la marca registrada de sus pinturas de miel. La imagen estaba inspirada en el escudo de armas de su familia.

Wagner incorporó el pelícano porque formaba parte del escudo de armas de su familia.

Los primeros bocetos mostraban un diseño más complejo y luego se fue estilizando hasta llegar al pelicano con sus polluelos en el nido. Wagner agregó una cuarta cría cuando él mismo tuvo a su cuarto hijo. Luego, con el paso del tiempo, el logo se simplificó hasta quedar con uno solo en 2003.

A partir de 1881 Pelikan encara su expansión internacional. El encargado de esta estrategia era su agente comercial, Fritz Beindorff, que viajaba a Rusia, Austria e Italia en busca de clientes. Luego Beindorff asumió el control de la firma, en 1888, tras casarse con la hija mayor de Wagner. Con él al mando, la compañía alemana empezó a introducir nuevos productos, como un pegamento, tinta china y productos de estampado.

La Stresemann, bautizada así por el parecido de su diseño al traje del político con ese apellido

La Stresemann

Pero la empresa buscaba lanzarse en un nuevo segmento: la escritura. Para eso adquirieron la patente de la pluma estilográfica que había inventado el croata Slavoljub Penkala y el sistema de pistón ideado por el húngaro Theodor Kovacs. Así fue que en 1929 lanzaron su propia pluma.

Las distintas generaciones de este producto se volvieron un bestseller entre los productos de librería. La Pelikan 400, conocida como Stresemann, tuvo un boom en los 50. Este modelo había sido bautizado así por el traje a rayas finas del político alemán Gustav Stresemann. En 1960 sucedió lo mismo con la Pelikano. Y en 1972 presentó su borratintas, el Super-Pirat.

Historia celeste y blanca

En la Argentina la compañía está presente desde 1933. La marca pasó a ser controlada por Ángel Estrada SA, dueño de la marca Rivadavia, en 1994. No obstante, a partir de 1998 la firma alemana empezó a recomprar su participación hasta volver a tener el 100% de su filial en 2007.

Para ese momento, Pelikan Argentina ya había dejado de fabricar en el país luego de la crisis de 2001. En cambio, apostó por un sistema de tercerización. Algunos de esos proveedores eran exempleados de su planta que habían creado nuevos emprendimientos.

El argentino Claudio Seleguan ocupa el cargo de CEO desde 2015.

Pero la marca tiene un vínculo aún más grande con la Argentina porque su CEO global es argentino. Desde 2015 Claudio Seleguan lleva las riendas del grupo en el que ingresó en 1989.

Actualmente Pelikan cuenta con plantas productivas en Alemania (que representa casi la mitad de su negocio), México, Colombia y Polonia, donde produce más de 12.000 ítems desde sacapuntas hasta pañuelos y mochilas.

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