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Sus padres fundaron "el IKEA de la Patagonia" y ahora él quiere equipar Vaca Muerta: qué negocio vio

Federico Kreplak es el hijo de los creadores de Blancoamor, una empresa histórica con presencia en Río Negro y Neuquén. Ahora, junto a su mujer Magdalena Marso crearon una nueva división -Alberta- que da solución al boom habitacional de Añelo.

Vaca Muerta hoy representa una de las oportunidades más grandes para los argentinos, pero no solo para lo que representa la industria energética, sino también para toda una región que se moviliza con nuevos negocios y emprendimientos que surgen a partir de las necesidades de ese sector.

Alberta, una empresa que surgió en marzo del año pasado y se dedica a abastecer a las casas de los nuevos habitantes de la zona de Añelo, es solo uno de los proyectos que se desprenden del boom de Vaca Muerta. Sin embargo, para entender su historia, hay que ir unos años hacia atrás.

En 1974, Carlos y Ema Kreplak llegaron a Neuquén desde Buenos Aires con la intención de armar una nueva vida. Contadores ambos, montaron su estudio, pero pronto se contagiaron del espíritu emprendedor de sus clientes y decidieron armar un comercio propio. Notaron que no había ninguna tienda tipo blanquería en la zona, por lo que viajaron a Buenos Aires a comprar repasadores y otros artículos en Once y abrieron Blancoamor. El día de la inauguración había una fila de vecinos entusiasmados por que abrieran las puertas y el éxito fue tal que la empresa creció hasta transformarse en lo que luego se conoció como "el IKEA de la Patagonia".

Parte del staff de Alberta en el ecoparque industrial que montaron en Neuquén.

Blancoamor funciona hace 36 años hoy está encabezado por Federico Kreplak -hijo de Carlos y Ema- y su mujer, Magdalena Marso. Ya no se dedican solo a blanquería, sino que tienen un completo catálogo de muebles y artefactos para el hogar, con una mezcla de productos nacionales e importados e, incluso, una línea propia de colchones. Cuentan con siete sucursales en Neuquén y Río Negro y una tienda virtual con la que llegan a todo el país.

Alberta nació como una hija de ese negocio. "Había una división dentro de la compañía que se dedicaba a venta a empresas petroleras y empezó a tener vuelo propio", explica Marso. "Empezaron a venir inversiones. Llegaron los empleados de servicios petroleros y empezaron a crear infraestructura que necesita equipamiento de todas las unidades habitacionales. Por otro lado, las empresas requieren servicios y un trato distinto al del cliente tradicional, por eso mutamos a una empresa distinta", agrega Kreplak sobre la nueva unidad de negocios que ya factura $ 150 millones al mes.

Sin ir más lejos, desde la empresa dicen que en el mercado ya se habla de que para 2034, dado el crecimiento actual de la zona y la potencialidad proyectada, se requerirán 50.0000 camas en la región, cuando hoy son 4800.

Con la provisión de más de 1600 camas y colchones, y el equipamiento integral, en cuanto a muebles, electrodomésticos y vajilla, de 600 departamentos en Añelo, Alberta ya dio sus primeros pasos y en breve tendrá a su cargo el equipamiento de 1000 departamentos más.

"El objetivo de la nueva empresa es conectar las necesidades de Vaca Muerta con soluciones integrales que, como empresarios locales, estamos en condiciones de ofrecer", destaca Kreplak.

Además, Alberta ofrece el servicio de administración de unidades habitacionales, hoteles y campamentos, o property management, lo que implica el manejo y mantenimiento de las unidades, e integra diferentes soluciones como vigilancia, mantenimiento, seguridad y limpieza. Ya administran dos complejos, lo que suma 146 departamentos y 584 camas, y en el corto plazo incorporará otras 100 plazas adicionales -400 camas-, actualmente en construcción.

Según la pareja, el diferencial está en su trayectoria: "Creamos una nueva empresa a partir de esta demanda. Somos locales, tenemos un arraigo a Neuquén y a Río Negro que la gente de afuera y los inversores ven muy atractivo porque somos personas de confianza. La trayectoria da la seguridad a los inversores o a empresas para hacer pie, porque conocemos pormenores y ventajas", resalta Marso.

"El nombre Blacoamor nos quedaba chico. Nos vimos forzados a crear algo nuevo, pero con la base de la confianza de todos los años de Blancoamor", agrega Kreplak.

El dúo también desarrolló dos parques industriales, en Neuquén y Fernández Oro (Río Negro), donde brindarán servicios de logística nacional e internacional, gestión de almacenes y logística de última milla, así como también la posibilidad de instalación de nuevas compañías y, en un futuro, desarrollo de actividad académica.

"Es un proyecto inmobiliario de 11 hectáreas donde se prevé hacer un emprendimiento para alojar empresas medianas y chicas de producción limpia. De ese proyecto ya van 3 hectáreas con una inversión de u$s 2 millones en un centro de logística con oficinas", concluye el emprendedor.

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