Sarampión en Estados Unidos: una crisis de salud pública avivada por la desinformación
Los casos de contagios crecen en 16 estados y las declaraciones del nuevo Secretario de Salud y Servicios Humanos preocupan a los expertos en salud pública.
Una serie de declaraciones oficiales del nuevo Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., figura histórica en el movimiento antivacunas, sobre los brotes de sarampión en Estados Unidos, generaron preocupación entre infectólogos y expertos en salud pública.
Sus comentarios, que ponen el acento en los posibles riesgos de la inmunización, a la vez que promueven el uso de tratamientos alternativos, despertaron las alarmas de los especialistas porque la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola) es el único método de prevención disponible y actualmente no existe una cura para este virus.
Los afectados crecen a diario, con casi 320 casos detectados en condados con bajos niveles de vacunación y dos muertes confirmadas, ambas en pacientes no inmunizados. Una niña de la comunidad menonita en Gaines County, Texas, fue la primera persona en una década en fallecer a causa de esta patología. Poco después, se reportó la muerte de un adulto en Nuevo México.
Esta enfermedad -previamente erradicada en el país en el año 2000- representa una nueva emergencia sanitaria, con casos confirmados en 14 otros estados y crecientes números de contagios entre poblaciones no inmunizadas.
Sus mensajes, con recomendaciones más ambiguas que las de gestiones anteriores, plantean dudas sobre el rol que la desinformación podría haber desempeñado en la proliferación del brote.
"El sarampión es la enfermedad más contagiosa que existe": por qué es tan preocupante este brote
"Nada es más contagioso. Ni las paperas, ni la varicela, ni la gripe, ni la COVID", explicó Álvaro Whittembury, asesor de inmunizaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la sede regional de las Américas, en diálogo con El Cronista.
La transmisibilidad de un virus se mide en un índice conocido como R (r subcero). Este indica cuántas personas, en promedio, puede contagiar un individuo infectado en una población sin vacunaciones ni medidas de control. "La COVID-19 tenía un R de 4 más o menos, el sarampión tiene 18", enfatizó.
Aunque su alta posibilidad de contagio puede despertar alertas, los síntomas la vuelven más alarmante, ya que no existe un tratamiento específico. "Una vez que ya está dentro del organismo. Lo que se da es el tratamiento de soporte. Usualmente, una de cada 20 personas va a terminar siendo hospitalizada porque puede tener complicaciones como neumonía, ceguera, infecciones de oído, inflamación del cerebro", aseguró el especialista.
Se estima que 1 a 3 de cada 1000 personas podrían fallecer, "por eso es la vacuna que más vidas ha salvado".
La vacuna MMR: ¿por qué es tan cuestionada?
En este contexto, las autoridades sanitarias locales ven con preocupación las inflamatorias declaraciones de RFK Jr.
"[La vacuna] provoca muertes cada año. Provoca todas las enfermedades que el propio sarampión causa, como encefalitis y ceguera, etc. Por eso, la gente debería poder tomar esa decisión por sí misma", declaró el funcionario en una entrevista el pasado 11 de marzo.
Sin embargo, de acuerdo con la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA), si bien se han reportado raros casos de fallecimientos en pacientes inmunosuprimidos -para quienes la vacunación está contraindicada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)-, "no se ha demostrado que haya muertes relacionadas con la vacuna MMR en personas saludables".
Aunque esta declaración contradice las recomendaciones de las autoridades sanitarias, este comentario es tan solo la punta del iceberg cuando se trata de cuestionar la seguridad de esta vacuna.
El incidente al cual se acredita el nacimiento del movimiento antivax se remonta a la misma inmunización: el estudio fraudulento del Dr. Andrew Wakefield en 1998 que vinculaba a la triple viral con el diagnóstico de autismo.
Posteriores investigaciones sobre los experimentos de Wakefield revelaron graves problemas en su diseño y los conflictos de interés del autor principal, quien trabajaba con un grupo legal contra los fabricantes de la MMR. En 2004, se comprobó que contenía errores, sesgos y falsificación de datos, lo que llevó a su retiro en 2010 y a la pérdida de su licencia médica.
Pero la semilla de la duda ya había sido plantada. "Durante este período de tiempo, hubo numerosas discusiones y el movimiento antivacunas comenzó a ganar fuerza basándose en esta investigación defectuosa", explicó el Dr. Dial Hewlett, Director Médico de los Servicios de Tuberculosis en el Departamento de Salud del Condado de Westchester y miembro de la IDSA.
"Lamentablemente, no se sabe mucho sobre la retractación, pero todos conocen el estudio original y hay miembros del gobierno, como el nuevo Secretario de Salud, que creen que estos vínculos deben seguir investigándose", añadió el especialista en enfermedades contagiosas.
El 7 de marzo, Reuters reportó que la CDC planea llevar a cabo nuevos estudios sobre el vínculo entre las vacunas y el autismo, a pesar de que hay evidencia que demuestra lo contrario, de acuerdo con dos fuentes internas del organismo.
"Esa es la base de por qué estoy diciendo que esto fue el desencadenante. El nuevo brote de 2025 es el resultado de la desinformación, y lo digo sin lugar a dudas", afirmó Hewlett.
El rol de RFK Jr. y el Departamento de Salud y Servicios Humanos en la desinformación sobre las vacunas
El comentario sobre las posibles muertes asociadas a la vacuna MMR forma parte de un discurso más amplio que RFK Jr. ha realizado desde su confirmación en el puesto el pasado 13 de febrero y que siembra confusión entre las familias encomendadas a tomar lo que el gobierno enmarca como una "decisión personal".
En una columna de opinión publicada el 2 de marzo en Fox News, el Secretario de Salud mencionó el uso de vitamina A como tratamiento alternativo y posteriormente reveló la intención de estudiar una variedad de otras terapias sin validación de las autoridades científicas y sanitarias, como el uso de aceite de hígado de bacalao, y ciertos esteroides y antibióticos.
Y si bien menciona la efectividad y el uso de la vacuna MMR, incluso instando a la gente a vacunarse, muchos especialistas consideran la inclusión de estos tratamientos sin evidencia como contenido confuso que contribuye a la desinformación médica.
"Creo que es engañoso recomendar cosas que realmente no han sido probadas de manera rigurosa y las que sí lo fueron muchas han demostrado no ser efectivas.", expresó el Dr. Stephen S. Morse, profesor de epidemiología en la Universidad de Columbia.
En particular, con respecto al sarampión, para alcanzar la inmunidad de rebaño se requiere un porcentaje de vacunación cercano al 95%, por lo que el énfasis en lo individual de la decisión amenaza el panorama colectivo -la única forma de eliminar los brotes.
"No tenemos una cura. Así que enfatizamos la prevención porque es lo más efectivo. Sabemos que la vacuna es bastante segura y es mucho, mucho mejor que tener el riesgo de contraer sarampión", concluyó.