

En un contexto global marcado por las tensiones geopolíticas y los conflictos armados, Estados Unidos sumó a su inventario militar un nuevo modelo de arma que se posiciona como una de las más poderosas y estratégicas alguna vez manufacturadas desde la Guerra Fría: las bombas de gravedad B61-13.
Comparativamente, los explosivos nucleares lanzados en Hiroshima y Nagasaki en 1945 tenían una potencia de 16 y 21 kilotones. Esta nueva pieza puede configurarse para alcanzar una magnitud que varía entre los 10 y los 360 kilotones, siendo aproximadamente 17 veces más poderosa y destructiva.
"Este logro señala la fuerza estadounidense, tanto para nuestros adversarios como para nuestros aliados", señaló Chris Wright, secretario de Energía a través de un comunicado oficial
Cómo funciona el arma ultra poderosa que presentó Estados Unidos
Las bombas de gravedad son armamentos nucleares diseñadas para lanzarse estratégicamente desde aviones y atacar objetivos fortificados que se encuentren en la superficie o debajo de ella, como es el caso de los centros de comando.
En ese marco, recientemente la Administración Nacional de Seguridad Nuclear del Departamento de Energía (DOE/NNSA) anunció la finalización de la primera bomba de gravedad B61-13, un modelo de última generación agrupado bajo la familia de armas nucleares B61.
Si bien en general el armamento nuclear estadounidense es apto para ser lanzado por aviones de combate o bombarderos, estas armas de vanguardia sólo podrán ser utilizadas por bombarderos estratégicos certificados y estarán estacionadas dentro de las bases continentales.

Por qué se trata de una de las armas estratégicas más poderosas que presentó Estados Unidos desde la Guerra Fría
Si bien este equipo se produjo con técnicas, procesos y tecnologías ya testeados con su antecesora, la unidad B61-12, el rendimiento del nuevo modelo está orientado a la "derrota de objetivos militares más duros y de gran área", de acuerdo con NNSA.
Su kit de cola -un conjunto de aletas y sistemas de guía- permite a este dispositivo dirigirse hacia el objetivo sin desvíos. Al poder recibir información de sistemas de navegación, su trayectoria se ajusta durante su caída, permitiendo mayor precisión y ventaja táctica, lo que la convierte una pieza clave de las reservas militares estadounidenses.
"La modernización del arsenal nuclear de Estados Unidos es esencial para cumplir con la agenda de paz del presidente Trump mediante la fuerza", afirmó Wright durante la presentación oficial, ratificando al mundo el rol central que esta tecnología adquirirá en materia de seguridad internacional.













