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La administración de Donald Trump analiza aplicar costosas tasas para las líneas de contenedores marítimos y otras líneas navieras chinas que recalen en puertos estadounidenses.

La propuesta en estudio en la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR), pretende aplicar tasas de hasta u$s 1,5 millones por recaladas en puerto estadounidense para los buques construidos en China, y de u$s 500.000 para los operadores de buques que tengan en su flota un solo buque construido en China u ordenado a un astillero chino.

Alrededor del 17% de los portacontenedores que recalan en los puertos estadounidenses son de fabricación china, según los analistas de Linerlytica. Esto supone 1,29 millones del total de 28,2 millones de TEUs (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies) importados por EE.UU. en 2024.

Otra estadística interesante: en 2024 los puertos y terminales de Estados Unidos atendieron un total de 2.717 buques que fueron construidos en astilleros chinos. Estos navíos realizaron 16.870 escalas en terminales portuarias norteamericanas durante este periodo, según informó MarineTraffic.

Un cargo de u$s 1 millón por recalada también se analiza para los operadores de buques con base en China, incluida Cosco Ocean Shipping Company (COSCO), la cuarta mayor línea de contenedores del mundo.

COSCO es propiedad del Gobierno chino y está basada en Pekín. La compañía es gestionada por la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales, que a su vez depende directamente del Consejo de Estado chino, por lo que está bajo el control del Partido Comunista. Sus inversiones son decididas y validadas por Pekín y, por lo tanto, se considera una extensión del poder chino en el mundo.

La USTR anunció que se aceptarán comentarios sobre la nueva estructura tarifaria hasta el 24 de marzo.

Marina mercante

Por cuerda separada, avanza en el Capitolio la Ley "SHIPS for America", un proyecto que tiene todas las posibilidades de ser prontamente sancionado ya que es bipartidista.

La iniciativa, también respaldada por las principales organizaciones y compañías navieras americanas, prevé la creación de una flota naval comercial estratégica para alcanzar hasta un máximo de 250 buques. También concede beneficios de todo tipo para aumentar la competitividad de los buques de bandera estadounidense utilizados en el comercio internacional.

Asimismo, la legislación crea el Comité de Reglamentos y Normas Marítimas Comerciales cuya tarea sería reducir las obligaciones burocráticas y exigir que una parte de las mercancías importadas por mar desde China deba ser transportada por buques de bandera norteamericana, tripulados por estadounidenses y construidos en los EE.UU.

Se exigiría que el10% de la carga importada desde China se importe en buques pertenecientes al Registro de Buques de EE. UU. en un plazo de 15 años, mientras que las naves con bandera estadounidense tendrían prioridad en los puertos norteamericanos por delante de los extranjeros.