

El hígado es un órgano vital para el cuerpo humano, ya que desempeña más de 500 funciones esenciales, como la producción de bilis para digerir y eliminar grasas y la síntesis de proteínas, entre otras.
Por eso es necesario prevenir enfermedades y tener una alimentación saludable con un estilo de vida equilibrado para garantizar que funcione correctamente.
El alimento para cuidar el hígado y eliminar las grasas
El jengibre es un alimento que se destaca por sus propiedades beneficiosas para la salud hepática. Los expertos sugieren que ingerir jengibre es una gran opción para prevenir el hígado graso no alcohólico.
Esta es una de las patologías hepáticas crónicas más comunes, especialmente en personas obesas, pacientes con diabetes tipo 2 y con estilos de vida sedentarios.
El jengibre mejora la actividad antioxidante del cuerpo, reduce la inflamación y la resistencia a la insulina. Además, esta raíz aromática contiene enzimas antioxidantes y antiinflamatorias que protegen el hígado de enfermedades como la fibrosis.
También estimula la circulación y ayuda en la eliminación de toxinas del hígado y otros órganos. Se puede consumir en té, rallarlo para añadir a vinagretas o usarlo en polvo al cocinar.
¿Cuánto jengibre se puede consumir al día?
Los expertos recomiendan ingerir un máximo de 3 o 4 gramos de extracto de jengibre al día. Por su parte, las mujeres embarazadas, no se debe consumir más de 1 gramo al día.
Es clave tener en cuenta que el consumo excesivo del jengibre puede causar gases, acidez, dolor abdominal o una sensación de ardor en la boca en algunos casos.
Es importante consultar a un médico antes de usar jengibre como suplemento, especialmente si se tienen condiciones como diabetes, enfermedades cardíacas, cálculos biliares, o si se está embarazada, amamantando o a punto de someterse a cirugía.
Los alimentos que ayudan al hígado y la eliminan la grasa
Aunque el jengibre se destaca, muchos otros alimentos contribuyen a la salud del hígado, ayudan a su función depurativa y a la eliminación de grasas. Los más destacados son:
- Agua: es esencial para la hidratación. Si no se consume suficiente agua, la sangre se espesa, lo que dificulta la capacidad del hígado para filtrarla eficientemente
- Limón: rico en antioxidantes como la vitamina C, actúa como un estimulante del hígado. Algunos nutricionistas recomiendan iniciar el día con un vaso de agua con jugo de limón fresco.
- Ajo: contiene selenio (un antioxidante) y alicina (un compuesto antibacteriano), ambos útiles para purificar el hígado. También es rico en azufre, que estimula la eliminación de toxinas. Para mayores beneficios, es preferible ingerirlo crudo en recetas.
- Repollo: esta verdura es rica en fibra, potasio, fósforo, vitaminas B1 y B2, calcio, selenio y glucosinolatos. Estos últimos son antioxidantes que estimulan al hígado a excretar enzimas que bloquean toxinas. Incluye variedades como la col rizada y las coles de Bruselas.
- Perejil: esta potente hierba es rica en minerales como el potasio, ácido fólico y vitaminas C, B12, K y A, además de antioxidantes. Funciona como un diurético, ayudando a purificar el hígado y los riñones.
- Brócoli: repleto de minerales, vitaminas, antioxidantes y enzimas que asisten al hígado en su proceso de purificación.
- Remolacha: contiene un nutriente llamado betaína que protege las vías biliares y contribuye a la eliminación de toxinas en el hígado. También ayuda a combatir la inflamación en el cuerpo. Es recomendable consumirla cruda para limpiar y fortalecer el organismo.
- Apio: crujiente y rico en hierro y vitaminas, el apio crudo está lleno de enzimas que actúan como diurético, promoviendo la eliminación de toxinas del hígado y los riñones.
- Toronja: esta fruta cítrica es rica en vitaminas y antioxidantes. Contiene una sustancia llamada glutatión, que produce enzimas para purificar el hígado, y pectina, que ayuda a reducir los niveles de colesterol.
¿Qué alimentos y sustancias a evitar para tener un hígado sano?
Para proteger la salud del hígado, es crucial limitar o evitar el consumo excesivo de ciertos alimentos y sustancias que pueden ser perjudiciales, tales como:
- Exceso de sal.
- Azúcar refinada.
- Alcohol.
- Proteínas de origen animal en exceso
- Embutidos con grasa y procesados.
- Quesos curados en exceso.
- Bebidas energéticas y alimentos procesados.













