Dos jóvenes, Travis Kalanick y Garret Camp a la salida de un bar en París, en una tarde lluviosa, no consiguen taxis y tuvieron que gastar 800 dólares para llegar a su destino.
Caprichosos como pocos, decidieron crear una app en la que apretando un botón a los pocos minutos apareciera un auto que los llevara al lugar elegido.
Sin saberlo, hicieron una revolución y ganaron fortunas. La primera versión de la app, respondía plenamente a los intereses de los dos creadores y, por supuesto, con algunos dólares en el bolsillo.
Era una app de autos premiums. Apretabas un botón y aparecían autos de alta gama y último modelo. Eso, por supuesto, en los comienzos. Cuando comenzaron a ver la punta del negocio, cambiaron de estrategia.













