Si bien lleva el nombre de la principal ciudad del estado de Pensilvania, esta marca fue creada a más de 200 kilómetros, más precisamente en Chester, Nueva York. En Argentina le costó hacer pie, sin embargo en el mercado estadounidense domina en su categoría con un 60% del share. Philadelphia se convirtió en sinónimo de queso crema en varias latitudes y su popularidad la llevó a que varios competidores apelaran a una similitud en su nombre para comerle participación.

Según su sitio web oficial, el encargado de crearlo fue el productor lechero William Lawrence. Desde joven se había dedicado a la ganadería y con 19 años ya había dado sus primeros pasos en el negocio quesero. En 1872, con 30 años, compró una fábrica de Neufchâtel para producirlo y venderlo en los Estados Unidos. Se trataba de uno de los quesos franceses más antiguos, creado en la localidad con el mismo nombre. Su textura cremosa y blanda lo volvía único.

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