A tres meses de la venta de Celulosa Argentina al financista Estebal Nofal, una de sus empresas controladas, Forestadora Tapebicuá, solicitó la apertura de su concurso preventivo debido a “su crítica situación financiera”, según informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
“Dada la difícil situación en la que se encuentra la empresa, que lleva sin operar hace un tiempo, se ha presentado el concurso para poder ordenar y salir adelante, así como se hizo con Celulosa Argentina”, comunicaron fuentes de la empresa a El Cronista.
En la compañía reconocieron estar sin capacidad financiera para retomar sus operaciones -que se encuentran paralizadas desde el 10 de agosto- por lo que busca el ingreso de un inversor estratégico que permita recomponer la estructura operativa y retomar actividades dentro de los próximos 90 días.
Forestadora Tapebicuá, controlada por Celulosa Argentina, la mayor papelera del país, es un aserradero dedicado a pasta y productos foresto-industriales ubicado en Gobernador Virasoro y una de las mayores madereras de Corrientes. Cuenta con dos aserraderos y una planta de compensados que se especializan en el procesamiento de madera de eucalipto y pino. Sin embargo, en el último tiempo, la empresa venía trabajando apenas al 60% de su capacidad instalada, afectada por la caída en las ventas.
Desde agosto de este año, la maderera enfrenta una profunda crisis financiera. Según figura en el Banco Central de la República Argentina (BCRA), acumula deudas superiores a $ 3500 millones y 145 cheques rechazados por un monto que asciende los 588 millones de pesos. Sin embargo, el pasivo total incluido en el concurso preventivo asciende a alrededor $ 11.500 millones, según indicaron en la empresa.
Desde ese entonces, la firma tiene sus operaciones paralizadas. La medida alcanzó a todas las líneas de aserrado y procesamiento de madera, y afectó a proveedores, contratistas y transportistas de la firma.
En la empresa atribuyeron la situación a la fuerte baja de la demanda en el sector de la construcción, el aumento de los costos operativos y la pérdida de competitividad frente a la importación.
“Esto generó una grave crisis de capital de trabajo que llevó a la paralización total de actividades con el consiguiente perjuicio para los trabajadores y la empresa. Ahora, con esta medida, consideramos que se podrá ordenar la situación y los pasivos de tal manera que dará previsibilidad a cualquier inversor que decida invertir en Forestadora Tapebicua. Ya estamos en conversaciones con algunas posibilidades”, apuntaron.
Según consta en archivos periodísticos, a fines de 2024, Grupo Da Rosa, una firma misionera dedicada al negocio foresto-industrial, se había interesado en comprar Forestadora Tapebicuá. Sin embargo, en diciembre, la operación quedó en pausa.

La situación de Celulosa
A comienzos de septiembre de este año, y tras informar pérdidas por alrededor de u$s 97 millones, Celulosa Argentina se presentó en concurso preventivo. Entre los factores que explicó la compañía se destacó la fuerte debilidad de la demanda local y el aumento de los costos productivos, a lo que se sumó una marcada contracción de las ventas, especialmente durante el último semestre, cuando registraron una caída del 52% en comparación con igual período del ejercicio anterior.
La situación financiera de la empresa ya era crítica desde hace meses. En mayo había incurrido en default y, a fines de julio, anunció la suspensión de actividades en sus plantas de Capitán Bermúdez y Zárate, en el marco de un proceso de renegociación de pasivos por cerca de u$s 128 millones con sus acreedores. El objetivo del plan era reordenar la estructura de capital y adecuarla a la capacidad real de generación de ingresos, mediante la extensión de plazos de vencimiento para aliviar la presión financiera.
Finalmente, y tras la apertura del concurso preventivo, Celulosa Argentina fue adquirida por el financista Esteban Nofal, en una operación valuada simbólicamente en 1 dólar.
Ahora, el nuevo dueño de la papelera inició su propio plan de salvataje. Le otorgará a la compañía una línea de crédito de hasta u$s 18 millones para retomar la producción en sus plantas industriales de Capitán Bermúdez y Zárate. Ambas permanecen con tareas mínimas desde hace más de dos meses.














