

Llegó la temporada alta para la venta de protectores solares, a la que las marcas llegan a las góndolas con precios de hasta $20.000 y con una producción contrarreloj.
Las ventas en este segmento crecieron casi 25% en el último año, sostenidas por una industria que debió apelar a estrategias muy meticulosas para poder abastecer a sus canales (farmacias y supermercados, principalmente), ante el faltante de filtros solares imprescindibles (todos importados como otros insumos que llegaron con demoras), y con productos terminados que se traen del exterior atados a cupos, de marcas que en otros tiempos copaban el mercado.
Los protectores solares tienen ventas estacionales que arrancan en estos días y fuerte ya en noviembre. Casi todo se vende en los últimos dos meses del año, se repone para las fiestas y se sostiene hasta febrero; aun cuando la concientización médica para el constante cuidado de la piel empieza a notarse en el mercado todo el año.
En esta temporada, los principales fabricantes e importadores locales llegan a las góndolas con el último aliento. Sobre todo los problemas en la disponibilidad de filtros demoraron una producción nacional que se logró con malabares y, aun así, apuesta a ganar share ante la menor oferta de productos importados, principalmente los de super lujo que no solo escasean en la Argentina sino que tienen precios que puede pagar un target muy pequeño, de hasta $300.000.
En general, hoy los precios de los protectores solares rondan los $10.000, con presentaciones chicas de fabricantes pequeños desde $4000 y con marcas importadas líderes con valores de $20.000.
Los precios aumentaron alrededor de 200% en un año y todavía, dependiendo de cómo evolucione el tipo de cambio, queda algún ajuste pendiente.
Varios casos ilustran la situación. En marcas líderes como Dermaglós, del laboratorio Andrómaco, el faltante de materias primas variado durante todo el año, impactó en la estrategia fabril. La mayoría de los componentes que utilizan en sus fórmulas no llegó a tiempo y provocó retrasos. Aun así, trabajando con una anticipación programada y adaptada a las expectativas de la compañía, aseguran en el laboratorio que no habrá desabastecimiento y los locales contarán con el stock necesario de este producto clave del verano.
Otro fuerte del mercado es Bedeidorf, con protectores bajo sus marcas famosas como Nivea y Eucerin, que también registró las restricciones globales de filtros desde enero. Tuvieron que buscar nuevos proveedores y hacer nuevos testeos, entre otras complicaciones que generan los cambios, con sus consecuentes demoras. Sin embargo, una política estricta en la administración entre marcas y canales le aseguró a la compañía llegar a la temporada con la eficiencia suficiente. Incluso, con hasta 30% de mayor volumen en algunos de sus protectores.
Coincidió el escenario en Bagó, donde también se debió reprogramar los tiempos de producción para absorber las demoras que generó la dificultad para importar insumos. Con sus protectores líderes del mercado bajo la marca Bagóvit, cumplieron con el desafío y están listos para el lanzamiento en esta temporada.
El derrotero con final feliz se repite para Algabo, otra compañía nacional que además de fabricar para sus propias etiquetas produce para marcas blancas de supermercados. Este año, administrando los envíos de filtros que fueron consiguiendo se concentraron en su propia producción, incluso cuando otras firmas ofrecían comprarles directamente los insumos que conseguían por no tener acceso. Allí, se felicitan por ser precavidos en las compras y los tiempos de producción además de anticiparse al contexto, donde encontraron también la oportunidad de crecer. Con su marca Cocoa Beach acaban de presentar 4 lanzamientos de protectores solares, parte de una producción un 35% mayor que el año pasado.
En L'Oréal, la compañía que importa todos sus protectores bajo las marcas La Roche Posay y Vichy -que forman parte de una división de negocio en la compañía que se llama 'la belleza dermatológica' y son recomendados por dermatólogos aunque su venta es libre-, vienen con fluidez en la liberación de cupos con las 'intermitencias' que registra toda la industria en el actual contexto.
Allí, como en otras compañías del sector que se dedican al consumo masivo, estar en precios cuidados con artículos relevantes para el consumidor permite aceitar el ingreso de productos importados, siempre con su cupo determinado.
En ese caso, pudieron adelantar la disponibilidad al arranque de la temporada. Este año, ambas marcas tuvieron una demanda de dos dígitos superior al año pasado, apalancada también por campañas de concientización en la prevención del cáncer de piel. Incluso, con la disposición de móviles para hacer testeos gratuitos a toda la comunidad.
La situación de los fabricantes y vendedores de protectores solares es la misma que este año pasaron los jugueteros ante el día del niño, al que llegaron arañando con faltantes de importados y nacionales con retrasos en la producción. Una fenómeno que conoció también en el día de la madre la indumentaria, que rezó para que las compras de último momento apalancadas con descuentos de bancos compensen el golpe de la suba de precios tras la devaluación, en la fecha para la que más venden en el año.
El fenómeno se repitió en cada día decisorio del calendario, en este 2023 en el que fabricantes, importadores y comerciantes tuvieron que adaptarse muchas veces con más ingenio que manejos financieros a las dificultades económicas y las complejidades cambiarias, variantes mes a mes.












