Para los jóvenes argentinos la búsqueda de un primer empleo es una situación difícil. El mercado tiene altas exigencias, en términos de estudios y experiencia, que muy pocos candidatos pueden alcanzar. Así, muchas veces para iniciar sus trayectorias laborales se terminan aceptando propuestas laborales informales, según reveló una encuesta realizada por la Fundación Forge entre 2000 personas de 18 a 25 años en la Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, Ecuador y México. La investigación señaló, además, que una de las principales barreras que los jóvenes obtengan un trabajo es la apariencia física. En la Argentina, el 51% indicó que su aspecto es un factor determinante a la hora de conseguir un empleo. Otros impedimentos son, en orden de importancia, tener hijos o personas a cargo (38%), ser mujer (23%), el lugar de residencia (16%) y, por último, el nombre y el apellido (7%). "En términos generales la evaluación del mercado laboral es negativa. Se considera que en gran medida es difícil entrar, no hay muchas oportunidades para los jóvenes, y no se valora el esfuerzo", señala el documento. Sin embargo, existe un grado de optimismo en estos grupos: en la región más del 60% considera que el estudio y la capacitación permiten conseguir empleos mejor pagos y reconoce que el esfuerzo es clave para acceder a un trabajo de mejor calidad. Por otra parte, los jóvenes que participaron del estudio tienen una gran motivación por insertarse laboralmente: ven en el empleo una oportunidad para desarrollarse como personas y para consolidar un proyecto vital propio. Con respecto a sus habilidades, estos jóvenes piensan que necesitan aprender a tener confianza en sí mismos para salir adelante a buscar oportunidades. De hecho, inseguridad, ansiedad y nerviosismo son tres sensaciones que los encuestados manifestaron vivir principalmente en las situaciones de entrevista laboral. Otras destrezas que creen que deben desarrollar son el poder lidiar con la frustración y con emociones difíciles para que no afecten su salud mental en el trabajo; mejorar la comunicación y la resolución de problemas; como alcanzar metas y trabajar bajo presión sin estresarse; aprender a trabajar con otras personas; saber cómo negociar sus sueldos y decir que no a ciertas actividades priorizando cumplir con sus compromisos; además de contar con más estudios o conocimientos formales para trabajar y acceder a mejores posiciones, entre otras cuestiones. "Vemos que aún existe una brecha muy grande entre las expectativas y las exigencias, entre el potencial para desarrollar y la importancia que se le da a la experiencia. Este informe pretende generar información de calidad regional para acercar miradas y buscar nuevos caminos que contribuyan a poder generar propuestas de acompañamiento más efectivas que permitan transformar las desigualdades sociales que atraviesa la región", afirma Rodrigo Kon, Director Ejecutivo Regional de la Fundación Forge.