

El impacto de la corrida cambiaria en la inflacion tendrá una presión específica sobre el poder adquisitivo de los trabajadores y las empresas estiman que deberán compensarlos de alguna manera, aunque se niegan a reabrir las negociaciones paritarias.

Un sondeo realizado por la consultora PWC entre 167 compañías, reveló que el 67% de las empresas planea realizar cambios en el presupuesto de compensaciones y beneficios, aunque no lo harán a través de reapuerta de paritarias sino a través de otros mecanismos como bonos excepcionales, reintegro de gastos (como prepaga, medicamentos, combustibles, entre otros) o incrementos puntuales por mérito.

Esta determinación fue tomada por las compañías debido a que consideran que la inflación promedio de 2018 será del 24% y las negociaciones salariales cerraron con subas de alrededor del 20%. Por esto, las empresas creen que "25% es el promedio de incrementos salariales revisado en función al nuevo contexto".














