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La industria de la salud atraviesa un momento de rediseño profundo. Las compañías que operan en la Argentina ven cómo la tecnología empuja cambios que ya no pueden postergarse y empiezan a mover fichas para ganar velocidad en investigación, producción y tratamientos. El objetivo común es sostener inversión, ampliar el acceso y dejar atrás la lógica fragmentada que domina el sistema.

Adium es uno de los jugadores que ya tomó impulso. Tras reorganizar su estructura regional, la firma consolidó un plan de expansión que busca reforzar el desarrollo local. “Nuestra estrategia se apoya en la inversión y en el desarrollo de nuevas combinaciones de moléculas y formas farmacéuticas”, señaló Claudio Beramendi, gerente general de la operación argentina. El grupo opera plantas en cinco países y comprometió u$s 165 millones para los próximos dos años. De ese paquete, u$s 60 millones quedarán en el mercado local, casi todos dirigidos a la planta de San Juan.

La empresa trabaja con un portafolio que crece rápido y que sumará entre 10 y 12 lanzamientos anuales. Entre ellos figura el arribo de Mounjaro, una de las terapias más esperadas para el tratamiento de la obesidad. Beramendi reconoció que el foco está puesto en ampliar el acceso, pero advirtió que no todo puede escalarse desde la región. “Hay productos que, por su complejidad o volúmenes, requieren estructuras que no podemos sostener acá. La clave es elegir dónde innovar y dónde no conviene hacerlo”, afirmó.

Jorge De All, presidente del Sanatorio Otamendi y director ejecutivo de Medicus, reflexionó que el sector está entrando en una etapa decisiva: “Los datos de nuestros pacientes son cada vez más importantes y las nuevas herramientas que se están desarrollando van a tener impacto en poco tiempo”, aseguró.

Sistema fragmentado

La institución, comentó, ya ensaya modelos predictivos que apuntan a anticipar diagnósticos y mejorar la precisión clínica. Pero el avance tecnológico choca con una limitación histórica: “La Argentina tiene un sistema de salud muy fragmentado. El gran desafío es cómo llegar a quienes todavía no acceden a un centro asistencial adecuado”, advirtió.

En paralelo, la investigación clínica ganó un protagonismo que no tenía hace una década. Novo Nordisk convirtió a la Argentina en su hub más importante de estudios en América latina. Hoy tiene más de 15 investigaciones activas distribuidas en 150 instituciones del país. “Es una industria muy importante que nos permite testear nuevas moléculas e innovaciones en la Argentina”, explicó Carlos Otheguy, gerente general local de la compañía danesa.

La firma también celebró la llegada de Wegovy, un tratamiento para la obesidad y sobrepeso. “Nuestro producto fue testeado en más de 90.000 personas, con seguridad y eficacia comprobadas por agencias globales”, detalló. Para 2026, prepara además la introducción de un nuevo factor coagulante para pacientes con hemofilia.