Sin dólares

Automotrices frenan su producción por falta de insumos

Las terminales se vieron afectadas por la dificultad para conseguir dólares para pagar a proveedores radicados en el exterior. Como consecuencia del faltante de insumos, la producción está frenada en varias plantas locales. Cuándo retomarán la actividad y cómo influyen las exportaciones

La industria automotriz volvió a clavar los frenos. Como consecuencia del cepo, muchas terminales no accedieron a los dólares necesarios para pagar a proveedores radicados en el exterior. Por esta razón, Nissan y Renault se sumaron a la lista de las automotrices que debieron frenar su producción por falta de insumos, mientras que Ford decidió adelantar las vacaciones para su personal.

Esta dificultad se da, a su vez, en un periodo en el que las exportaciones del sector sufrieron una fuerte baja causado, principalmente, por las tres semanas que General Motors tuvo paralizada su producción.

De acuerdo con fuentes del sector, las automotrices no acceden a los dólares necesarios para pagar a sus proveedores del exterior desde el lunes 23 de octubre. Esto fue un día después de las elecciones generales. "El nivel de stock es crítico. Nos vemos obligados a frenar y reordenarnos", sostuvieron desde una terminal.

En este sentido, reconocieron que, como desde hace ya 45 días, los giros de dólares al exterior continuarán frenados hasta el próximo 10 de diciembre, día de la asunción del nuevo Gobierno encabezado por Javier Milei.

Tanto Nissan, como Renault -ambas automotrices producen sus vehículos en la misma planta, en Santa Isabel, Córdoba- decidieron frenar sus líneas de producción el pasado jueves por falta de componentes. Allí, la francesa produce cinco modelos. Entre ellos, la pick-up mediana, Alaskan, el Kangoo Express y Kangoo Stepway, el Sandero, el Logan y el Renault Stepway. Por su parte, la firma nipona fabrica allí la Nissan Frontier.

Ford, por su parte, no detuvo su planta de General Pacheco -donde produce la nueva Ranger-, en la provincia de Buenos Aires, sino que adelantó una semana de vacaciones proyectada en julio de 2024, para el próximo lunes 11 de diciembre (un día después de la asunción del nuevo Presidente). La razón de la decisión de la automotriz estadounidense se basa, principalmente, en la necesidad de "reacomodar su stock y el de los proveedores, que están en situación crítica hace más de 45 días".

Durante esta semana de 'vacaciones programadas', la automotriz espera recomponer su stock de autopartes y, de esa manera, poder producir sin interrupciones inesperadas.

El freno en el sector y la caída de las exportaciones

Nissan y Renault no son las únicas automotrices que tuvieron que frenar su producción por falta de insumos. Hace menos de un mes, General Motors (GM) tuvo que suspender su operación durante tres semanas por un problema en la cadena de suministros de varios de sus proveedores.

El mes pasado, además, Peugeot se vio obligada a poner un parate en su fábrica de El Palomar porque, en ese entonces, no ingresaban parabrisas al país. Se suma también a la lista la alemana Volkswagen.

Los reincidentes frenos en las distintas fábricas del sector provocaron una caída en las exportaciones. De hecho, de acuerdo con datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) las exportaciones del sector, 28.563 unidades, cayeron 19,7% contra el mes previo y 23,8% en comparación con octubre de 2022.

En consecuencia, la industria automotriz se desvió el mes pasado del ritmo de crecimiento que había mostrado en lo que va del año. En 10 meses, el sector creció 15,9%, a 517.173 unidades de producción. Aun así, es el volumen más alto para el período desde 2014, cuando se hicieron 504.522 autos y utilitarios. El volumen de octubre, en particular, fue la novena mejor marca para el mes de los últimos 20 años.

En tanto, las exportaciones entre enero y octubre totalizaron 273.687 envíos, un incremento del 2%. Es el volumen más alto en una década y, en cuanto a la marca sólo de octubre, el décimo mejor registro del mes de los últimos 20 años. Pero, sobre el total de la producción, representó el 52,9%, uno de los niveles más bajos en años. Históricamente, el sector envió al exterior cerca del 60% de su volumen fabricado. En 2023, se produjo una aceleración de una tendencia que se había empezado a marcar tres años atrás: la necesidad de abastecer el mercado local con producto nacional.

Esto es un efecto colateral del cepo. Por un lado, las dificultades para abastecerse de insumos limitan a las automotrices en la capacidad de expansión de la producción para exportación. Y, por otro, la imposibilidad de integrar oferta para el mercado local con vehículos importados forzó a las marcas a volcar cada vez más unidades producidas en el país a sus concesionarias.

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