Finalmente, y después de casi un lustro, el Gobierno está por dar el visto bueno final a la operación de fusión entre Bimbo y Fargo, aunque modificando los condicionamientos que había impuesto en 2003, cuando el grupo mexicano se quedó con el 30% de la principal empresa panificadora del país y con la opción para comprar también el 70% restante.

En aquel momento, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) autorizó la operación que marcaría la creación de un holding con una fuerte posición dominante en el mercado del pan industrial con el 64% de market share.

Lo hizo teniendo en cuenta que el rechazo podría derivar en la desaparición de Fargo debido a que por entonces se encontraba en concurso preventivo de acreedores. Y además tuvo en cuenta que el entonces dueño de Fargo, el empresario mexicano Fernando Chico Pardo, era un socio estratégico de Bimbo.

Según el organismo, prohibir la fusión no garantizaba la preservación de las condiciones de competencia sino que conllevaba ciertos riesgos como la desaparición de Fargo.

De todos modos le impuso a la operación ciertas restricciones.

Pero mediante la Resolución 395/2004 exigió a Bimbo a desprenderse de la marca Lactal y de su planta de la localidad bonaerense de Pacheco para limitar ese proceso de concentración y permitir el ingreso de un nuevo jugador al negocio.

Sin embargo, el 29 de diciembre pasado, la Secretaría de Comercio Interior a cargo de Guillermo Moreno, modificó las exigencias iniciales y obligó a Bimbo a vender sus marcas Sacaan ( de Fargo) y Trigoro (de Bimbo), y la fábrica del partido bonaerense de San Martín, donde actualmente se elaboran los productos de Fargo y de Lactal.

Según la CNDC, los cambios se deben a que entre 2003 y 2010 el mercado de panificación industrial modificó su escenario y Lactal no tuvo el mismo crecimiento que lograron Sacaan y Trigoro, llegando a morder hoy juntas el 8% del total.

Entendió que el comprador iba a tener una mejor inserción en el negocio con ambas marcas y con la posibilidad de producirlas en la planta de San Martín ya que hoy se elaboran en otra de las plantas del grupo en Pilar.

Tras un breve road show entre tres interesados, Bimbo vendió los activos a Panificadora Balcarce, empresa de la familia Sanabria y famosa por los postres y alfajores marplatenses.

Si bien no se supo el monto de la transacción, tanto en la CNDC como en Bimbo admitieron que la operación está acordada entre las empresas y que ahora resta la autorización del organismo. Cuando esto ocurra, automáticamente quedará habilitada la fusión entre Bimbo y Fargo para que ambas operen de manera conjunta.

Pero esto ocurrirá una vez que los ejecutivos de Balcarse consideren que la planta de San Martín se encuentra en condiciones de incrementar su actual capacidad de producción. El reacondicionamiento de esta fábrica es otra exigencia de la CNDC al Grupo Bimbo para modificar el plan de desinversión inicial. Además, le requirió al grupo mexicano un plan de inversiones a tres años para ampliar la oferta de Fargo, una reducción al presupuesto de publicidad para la marca y garantizarle al grupo comprador de Sacaan y Trigoro una adecuada inserción en el mercado. Ante una consulta de El Cronista, fuentes de Bimbo aseguraron que la empresa tiene la firme intención de continuar su ritmo de inversiones y acompañar el proceso de consolidación productiva e industrial del país.