LA FAMILIA PESCARMONA RETUVO UNA PARTICIPACIÓN MINORITARIA

Cuatro años después del default, Impsa reestructuró su directorio, con el control de los acreedores

Enrique Pescarmona dejó la conducción y se designó CEO a Juan Carlos Fernández. La deuda reestructurada pasó de u$s 1108 millones a u$s 430 millones

El 65% de las acciones de Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA (Impsa) pasó a manos de los acreedores de la firma mendocina, mientras que la familia fundadora retuvo el 35% restante, según comunicó ayer al mercado la asamblea de accionistas. La compañía fundada en 1907 por el abuelo de Enrique Pescarmona, pasó por un proceso de reestructuración que transformó una deuda de u$s 1108 millones en una nueva de u$s 430 millones, a valores actuales.

"Impsa comienza a transitar una nueva etapa de su vida corporativa", anunció ayer la compañía en un comunicado, enfatizando que ahora aspira a consolidar su posicionamiento en la Argentina y los mercados internacionales.

Enrique Pescarmona dejó de ser el CEO de la compañía y su máximo referente, lugar que ocupó durante cinco décadas, y su reemplazante en el cargo, Juan Carlos Fernández designado semanas atrás, fue presentado formalmente a los accionistas. El nuevo directorio quedó conformado por Fabián DAiello, Diego Grau y Francisco Rubén Valenti, en representación de los accionistas.

Asímismo, la asamblea dispuso la transferencia del 65% de las acciones de Impsa al fideicomiso integrado por los acreedores: Banco Nación Argentina, BICE, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre los principales bancos, y tenedores de bonos. Además, se firmaron contratos de nuevos préstamos con Inter-American Investment Corporation e Inter-American Development Bank y se puso a disposición de los acreedores los instrumentos de la nueva deuda de la empresa. La asamblea también resolvió nombrar una nueva Comisión Fiscalizadora y la firma del acuerdo de Gobierno Corporativo, según lo dispuesto en el APE (acuerdo preventivo extrajudicial).

Desde la compañía indicaron que en las últimas dos décadas ejecutó 180 contratos, de los cuales 150 están localizados en 34 países del exterior. En el plano local, las oportunidades de crecimiento se enfocan en el desarrollo de obras de infraestructura, fundamentalmente en materia de energía eléctrica.

"Durante estos difíciles tres años de reestructuración, la empresa continuó con sus planes de desarrollo tecnológico y el cumplimiento de la ejecución de los proyectos contratados a Impsa en la Argentina y el exterior. La consolidación de la deuda reestructurada permitirá dinamizar aún más su presencia en los mercados del mundo", detalló la compañía.

La centenaria firma mendocina, hoy proveedora global de equipos para energías renovables, había entrado en default en 2014 por una deuda de casi u$s 1400 millones, producto en gran medida de contratos impagos por proyectos energéticos en Venezuela y Brasil.

El compromiso fue continuar con la producción y preservar la fuente de trabajo de sus más de 800 empleados directos. En su planta de Mendoza, por ejemplo, se produjeron generadores de vapor y componentes nucleares para las centrales Atucha II y Embalse, entre otros.La firma, por otra parte, se encuentra participando en licitaciones para renovar turbinas de la represa hidroeléctrica de Yacyretá y para la provisión de aerogeneradores para parques eólicos del plan Renovar.

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