

Es sabido y dado a conocer por expertos cuán importante es el desayuno en la vida de las personas. Al ser la primera comida del día, tras largas horas de descanso y sin ingerir alimento alguno, adquiere una gran relevancia por ser la fuente inicial de energías que se necesitarán para realizar las distintas actividades diarias.
Sin embargo, desde tiempos inmemoriales han existidos diversas opiniones a partir de las cuales se ha conducido a establecer la duda sobre si conviene o no desayunar en busca por reducir algunos kilos demás.
En este sentido, algunas maneras de reducir el exceso de grasa acumulada en el cuerpo no contemplan la restricción de alguna de las cuatro comidas, sino que buscan establecer horarios en concreto y ser cautelosos al momento de decidir qué alimentos consumir.
¿Cuál es la dieta 80/20 para bajar de peso?
Desde hace ya un tiempo, expertos han advertido sobre el peligro que implican las duras restricciones impuestas a la ingesta de ciertas comidas.
Es por eso que algunos especialistas recomiendan seguir la regla 80/20: durante el 80% del tiempo en que se está despierto se ingieren alimentos ricos en nutrientes, mientras que el 20% restante se habilita el consumo de algunos platos que anteriormente podían estar prohibidos, tales como las hamburguesas.
Si se contemplan las calorías, esta regla advierte que si una persona necesita consumir 1800 al día, 1440calorías deberán estar destinadas para las comidas saludables y 360 calorías para las indulgencias.

¿En qué horario se debe desayunar para no subir de peso?
En la misma línea que el método anterior, adelgazar no implica el recorte de comidas. Por el contario, debe seguirse una rutina de ingesta de alimentos que sea espaciada y variada en nutrientes.
De acuerdo a la información que proporcionó la nutricionista Karishma Chawla para Vogue, los expertos recomiendan tomar el desayuno una hora después de despertarse. Esto es porque el metabolismo se mantiene más alto, evitando la pérdida de masa muscular.
Según la Fundación UNAM, prolongar el ayuno puede no sólo conducir a pasar por hambre sino también por estrés, afectando la calidad anímica de las personas.
Pasar por alto la primera comida del día genera que el organismo libere más colesterol y sufra el cerebro, ya que las neuronas no logran hacerse del combustible de ácidos grasos que necesita como el resto del cuerpo.
Además, al no desayunar podría experimentarse una irritación del estómago, conocido comúnmente como gastritis, ya que el ácido gástrico se produce constantemente con o sin alimento.















