Descubren los mecanismos que nos impiden hacer ejercicio: el motivo por el cual nuestro cerebro nos boicotea cuando queremos hacer deporte
La orexina parece tener un papel importante en la decisión de si nos movemos o no. Conoce cómo funciona.
Si alguna vez has tenido la intención de comenzar una rutina de ejercicio, pero el sofá te resultó más tentador, no estás solo.
La ciencia está empezando a desentrañar los complejos mecanismos cerebrales que explican por qué nos resulta difícil mantenernos activos.
Un estudio reciente de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich compartió información sobre este fenómeno, identificando a la orexina, una sustancia química cerebral, como un factor clave en la toma de decisiones relacionadas con la actividad física.
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La orexina: un descubrimiento clave
La orexina es una de las muchas sustancias mensajeras del cerebro, como la serotonina y la dopamina.
Mientras que la dopamina está vinculada a la motivación general, la orexina parece jugar un papel crucial en decidir entre opciones que implican recompensa inmediata y opciones que requieren esfuerzo.
El experimento realizado en ratones por el equipo de la ETH Zúrich reveló que la orexina influye en la decisión de hacer ejercicio o no.
En el estudio, los ratones tenían la opción de correr en una rueda o comer. Los resultados indicaron que los ratones con el sistema de orexina bloqueado preferían comer y evitaban el ejercicio, mientras que los ratones con orexina activa elegían correr en la rueda, dedicando el doble de tiempo a esta actividad en comparación con los primeros.
Implicaciones en la obesidad
Estos hallazgos podrían tener importantes implicaciones para la salud pública, especialmente en un contexto donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 80% de los adolescentes y adultos no realizan la cantidad recomendada de ejercicio.
Esta situación agrava la crisis de obesidad a nivel global, subrayando la necesidad urgente de comprender los mecanismos cerebrales que subyacen a la actividad física.
Denis Burdakov, catedrático de Neurociencia de la ETH Zúrich, explicó la importancia de estos resultados: "Si bien los datos actuales se basan en ratones, las funciones cerebrales implicadas en la orexina son prácticamente las mismas en humanos. Si estos resultados se replican en estudios humanos, podrían abrir nuevas vías para desarrollar estrategias efectivas que fomenten la actividad física y combatan la obesidad".
Cuáles son los próximos pasos
Actualmente, el equipo de investigación espera validar estos resultados en humanos para confirmar si la orexina tiene un impacto similar en la toma de decisiones sobre el ejercicio en nuestra especie.
Si se confirma, este conocimiento podría ser fundamental para diseñar intervenciones que ayuden a las personas a superar la tentación de la inactividad y adoptar hábitos más saludables.
La ciencia continúa avanzando en la comprensión de los factores que influyen en nuestras elecciones diarias, y el descubrimiento del papel de la orexina podría ser un paso importante.