¿Hogar de hadas y gigantes? La increíble historia detrás de los fuertes anulares de Europa
Los ringforts han inspirado innumerables leyendas locales, convirtiéndolos en escenarios de historias fantásticas.
En Inglaterra e Irlanda, enormes extensiones de naturaleza se ven opacadas por enigmáticas estructuras circulares que se remontan a un pasado místico. Estos no son simples montículos de tierra y piedra, son portales hacia un mundo de leyendas: los ringforts.
Construidos entre el 500 y el 900 d.C., estos recintos fortificados, limitados por imponentes muros de tierra y profundas zanjas, fueron hogar de comunidades durante la Edad de Hierro.
Además de su función defensiva contra invasiones, también operaban como centros sociales y económicos. A pesar de esto, con el tiempo fueron abandonados, dando paso a nuevas formas de asentamiento.
Sin embargo, su legado de misterio perdura hasta nuestros días. Su presencia ha inspirado leyendas locales que los convierten en escenarios de historias fantásticas, habitados por hadas y gigantes.
Cómo están construidos los ringforts
Estas estructuras, con diámetros que varían entre 15 y 50 metros, se distinguen por sus paredes circulares construidas con tierra, piedra o madera. En su interior, albergan estructuras redondas o rectangulares utilizadas como viviendas o almacenes, y en ocasiones, cuentan con túneles subterráneos.
En ocasiones excepcionales, estos fuertes circulares de gran tamaño se convertían en importantes puntos de reunión y ceremonia hacia el final de la Alta Edad Media.
Existe controversia sobre la fecha de construcción de estos fuertes. Algunos sostienen que se remontan a la Edad del Hierro, aunque la mayoría de los expertos concuerdan en que fueron erigidos entre el 500 y el 900 d.C.
La datación por radiocarbono indica que más del 50% de los fuertes excavados fueron construidos entre 540 y 884 d.C., y dos tercios entre 600 y 900 d.C.
¿Para qué servían los ringforts?
Los ringforts representaban mucho más que simples fortificaciones. Eran complejos comunitarios que funcionaban como residencia, granja y centro de trabajo para las familias de la Irlanda medieval.
Dentro de sus límites, albergaban una intensa actividad agrícola, incluyendo el cultivo de cereales, verduras y la cría de ganado. Además, se descubrieron molinos y hornos en su interior.
Asimismo, eran centros de producción artesanal. Se elaboraban textiles, herramientas y cerámicas.
Por último, tenían un significado simbólico importante. Su tamaño y complejidad variaban, reflejando la riqueza y el estatus social de quienes los ocupaban. Los más elaborados pertenecían a la élite, mientras que los más simples eran habitados por familias comunes.
La conexión entre los ringforts y las hadas y gigantes en el folclore irlandés
Los ringforts han sido durante mucho tiempo una fuente de fascinación e inspiración en el folclore irlandés. No sorprende que estas antiguas estructuras estén asociadas con criaturas fantásticas como las hadas y los gigantes.
Las hadas, conocidas como "daoine sidhe" en la mitología irlandesa, se relacionan con lugares encantados y portales hacia otros reinos. Los ringforts, con su conexión con el pasado, eran considerados sitios ideales para la entrada de estas criaturas mágicas.
Por otro lado, los gigantes representan una fuerza primordial. Se dice que construyeron los ringforts con su inmensa fuerza, empleando piedras que no podrían ser movidas por personas ordinarias.