Elon Musk habló sobre la Tercera Guerra Mundial y advirtió cuál será el único territorio que sobrevivirá a la catástrofe
El empresario impulsa la colonización de Marte como un plan B, pero los desafíos técnicos ponen a prueba su cronograma.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, reafirmó su visión de convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria, señalando a Marte como el refugio definitivo ante una posible Tercera Guerra Mundial.
Con un programa espacial cada vez más ambicioso y un cohete que ya realizó ocho vuelos de prueba, el empresario insiste en que la colonización del planeta rojo es un "seguro de vida" para la civilización humana.
El "plan B" de la humanidad ante una guerra nuclear
Según las declaraciones recogidas del empresario, una de las principales razones para establecer una colonia autosuficiente en Marte es precisamente prepararse para escenarios catastróficos como una Tercera Guerra Mundial. "Si hay una tercera guerra mundial, queremos asegurarnos de que haya suficiente semilla de civilización humana en otro lugar para traerla de vuelta y acortar la duración de la edad oscura", aseguró en 2018 durante el evento SXSW.
La visión de Musk va más allá de simples misiones exploratorias: busca crear "una ciudad autosuficiente" en Marte que "pueda crecer por sí misma si las naves de reabastecimiento de la Tierra dejaran de llegar por cualquier motivo".
La carrera por colonizar el planeta rojo continúa a pesar de los contratiempos
El vehículo designado para materializar esta ambición es Starship, el megacohete reutilizable que, según Musk, hará económicamente viable el asentamiento marciano. Este proyecto realizó ya ocho vuelos de prueba hasta la fecha, incluidos dos en 2025, aunque con éxitos parciales y algunos contratiempos significativos, como explosiones en la etapa superior.
Las predicciones temporales de Elon Musk para alcanzar Marte sufrieron ajustes con el paso de los años. Mientras que en 2011 prometió colocar un ser humano en Marte en la siguiente década, en 2022 retrasó su objetivo a 2029.
Su pronóstico actual sugiere un posible aterrizaje no tripulado en 2026, con presencia humana antes de 2030, aunque muchos expertos consideran estas estimaciones excesivamente optimistas dado el estado actual de la tecnología.