Bill Gates confesó cuál fue el peor error que cometió al mando de Microsoft: cómo lo corrigió
El magante dio a conocer un hábito poco saludable que adoptó durante sus inicios frente al gigante tecnológico y con el tiempo supo corregir. Entérate de qué se trata.
Bill Gates tenía tan solo 19 años cuando, junto a Paul Allen, decidió fundar Microsoft, una de las compañías tecnológicas más exitosas de todos los tiempos. De esta manera, desde el 4 de abril de 1975 en adelante, el filántropo inició el camino que le permitiría, años más tarde, posicionarse como una de las mayores fortunas del mundo.
En ese sentido, Gates también se convirtió en un ícono de la productividad y de las redes sociales, donde comparte desde resúmenes de viajes hasta consejos laborales para las generaciones futuras.
De hecho, fue mediante su podcast "Unconfuse Me" y a través de su blog personal "Gates Notes" que reveló cuál fue el error más grave que cometió al mando de Microsoft y su manera de corregirlo.
El error más grave que cometió Bill Gates al mando de Microsoft
En una de las entradas de su blog, titulada "This book put me to sleep" el magnate admitió que durante sus primeros años en Microsoft sus hábitos de sueño no eran para nada saludables.
"En mis primeros días en Microsoft, habitualmente pasaba la noche en vela cuando teníamos que entregar un software. Una o dos veces, me quedé despierto dos noches seguidas", aseguró Gates. Asimismo, admitió notar la diferencia en su rendimiento productivo al dormir las horas necesarias y "funcionar con adrenalina y cafeína", pero en sus inicios, consideraba que dormir era una pérdida de tiempo.
Cómo hizo Bill Gates para corregir su error
El magnate a lo largo de los años ha tomado consciencia sobre la importancia del buen descanso para la salud del organismo y la realización de pendientes, pues la ciencia ha comprobado los efectos positivos del sueño en el rendimiento de todos los aspectos cotidianos.
Es por ello que Bill Gates ha declarado en infinidad de ocasiones que duerme entre 7 y 8 horas todas las noches de manera innegociable. De hecho, antes de hacerlo suele dedicar una hora a leer el libro de su interés, pues así reduce su exposición a la tecnología y aprende simultáneamente.
Incluso en su famosa "semana para pensar", donde el filántropo se resguarda en una cabaña para optimizar sus horas de trabajo y tomar decisiones laborales, sus únicas actividades ajenas al análisis son los paseos de 10 minutos que realiza a modo de descanso y sus horas nocturnas de sueño, a las que jamás volvió a dar por sentado.
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