

La ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, vive intensas jornadas de protestas de cientos de personas por las redadas contra inmigrantes indocumentados ordenadas por Donald Trump.
El lunes, el mandatario ordenó el despliegue de 700 marines en respaldo de los efectivos de Guardia Nacional de California.
Tras ese cuarto día en el que la violencia escaló, cabe preguntarse el origen de las manifestaciones y cómo se llegó a este punto.
El origen de las protestas en Los Ángeles: las claves
El estallido del malestar que se vive en Los Ángeles tuvo su origen el viernes, cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó varias redadas en distintos puntos de la ciudad. Esto llevó al arresto de al menos 44 personas en el distrito de Westlake, el centro y el sur de la metrópoli.
Según relató EFE, en respuesta a esta determinación, una multitud salió a manifestarse en contra de estas detenciones, lo que llevó a Trump a ordenar el despliegue a más de 2000 soldados de la Guardia Nacional para repeler las protestas y resguardar el edificio federal de inmigración.

Estas tropas, compuestas por una fuerza de reserva de las Fuerzas Armadas se activa para misiones especiales y esta vez supuso la primera en 60 años que se despliegan sin la autorización previa del gobernador del estado en cuestión.
Esta controvertida decisión aumentó la tensión en las calles a lo largo del fin de semana, y la protesta de altos funcionarios californianos como el gobernador Gavin Newsom.
Banderas de países latinoamericanos al frente de las protestas
La bandera de países latinoamericanos, especialmente de México, se transformaron en un símbolo de defensa de las raíces de aquellos a los que Trump quiere expulsar.
El núcleo de las protestas, antes de trasladarse al centro de Los Ángeles, se gestó en Paramount, un pequeño municipio de poco más de 50.000 habitantes.
Allí, donde reside una amplia comunidad latina, es donde se registraron los primeros disturbios del sábado, tras el envío de la Guardia Nacional al estado más poblado del país y en donde más hispanos viven, con más de 15 millones de personas, según cifras del Gobierno.

Las masivas protestas desataron de nuevo la tormenta entre los demócratas que lideran el estado y el presidente, eternos rivales políticos con visiones opuestas acerca de cómo abordar la cuestión migratoria en el país.
Mientras Trump describe a Los Ángeles como una ciudad "invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales", las autoridades californianas defienden la riqueza que aporta la comunidad migrante al estado.
"Los Ángeles tiene una orgullosa historia de protestas pacíficas por los derechos de los inmigrantes. Debemos continuar ese legado; no caigamos en la trampa de la administración Trump. Protestemos pacíficamente. No se tolerarán los saqueos ni el vandalismo", expresó el lunes la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass.
Por su parte, el gobernador Newsom alegó que nunca solicitó el despliegue de Guardia Nacional, y que desde su llegada el conflicto no paró de escalar. "No teníamos ningún problema hasta que Trump intervino. Esto constituye una grave violación de la soberanía estatal: exacerba las tensiones y desvía recursos de donde realmente se necesitan. Rescindan la orden", aseguró en un escrito.
Los focos de tensión crecen
El lunes se desarrolló una nueva jornada de protestas con particular violencia, precedida de un fin de semana de tensión. Es que las manifestaciones se fueron expandiendo a otros puntos de California, como en San Francisco, donde más de 150 personas fueron arrestadas el domingo por la noche tras manifestarse contra el ICE.

También las autoridades de Nueva York detuvieron este lunes a 24 personas que se manifestaban en el vestíbulo de la Torre Trump contra las redadas de inmigrantes y las recientes restricciones de entrada al país impuestas por el mandatario a 19 países.
Las políticas anti-nmigrantes de Trump regresaron con el inicio de su nuevo mandato, pero no sorprenden. Durante su primera gestión al frente de la Casa Blanca (2017-2021) endureció gran parte de las leyes migratorias para detener el flujo de indocumentados al país y en la campaña para la presidente de este término fue una de sus promesas electorales.














