

La familia real británica atraviesa un momento de dolor tras despedir a Catalina, duquesa de Kent, en un hecho que marca historia, ya que fue el primer funeral católico de un miembro de los Windsor en 400 años.
La ceremonia, cargada de simbolismo y solemnidad, reunió al rey Carlos III, a los príncipes de Gales y a gran parte de la realeza en la catedral de Westminster.
¿Quién fue la duquesa de Kent y por qué su despedida es histórica?
Catalina de Kent, esposa del duque Eduardo, falleció el 5 de septiembre de 2025 a los 92 años, tras una larga enfermedad. Su vida estuvo marcada por un gesto que rompió tradiciones dentro de la monarquía, ya que en 1994 decidió convertirse al catolicismo, algo que no ocurría desde el reinado de Carlos II en 1685.
Por esa razón, su funeral se convirtió en un hecho sin precedentes en la historia moderna de la Casa Real. El féretro fue trasladado con honores y recibido en Westminster, donde se ofició una misa de Réquiem presidida por el cardenal Vincent Nichols.
¿Quiénes asistieron al funeral de la duquesa de Kent?
El rey Carlos III, acompañado de los príncipes William y Kate Middleton, estuvo presente en la ceremonia junto a otros miembros de la realeza como el príncipe Andrés, la princesa Ana y la duquesa de Edimburgo.
La gran ausencia fue la reina Camila, quien no pudo asistir por un problema de salud, aunque envió un mensaje de apoyo al duque de Kent y a toda la familia. También llamó la atención la presencia de Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés, que mantiene el título de duquesa de York.

¿Qué significa este funeral para la monarquía británica?
Más allá de la tristeza por la pérdida, el funeral de la duquesa de Kent se inscribe como un momento bisagra en la historia de la realeza británica. La ceremonia católica, inédita en siglos, refleja la evolución de la familia real frente a la tradición anglicana y abre un debate sobre la relación entre la Corona y la fe católica en el Reino Unido.
El papa León XIV envió un mensaje de condolencias destacando la entrega de Catalina a la caridad y su cercanía con los más vulnerables. La misa culminó con un emotivo traslado al cementerio real de Frogmore, en Windsor, donde descansará junto a generaciones de Windsor.












