

El déficit de presupuesto de Francia probablemente superará el límite de la Unión Europea (UE) del 3% del Producto Bruto Interno (PBI) el próximo año para ubicarse en un 3,2%, dijo el primer ministro francés, Edouard Philippe, al periódico Les Echos.
Hace una semana el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció incrementos de salarios para los trabajadores más pobres y un recorte de impuestos para la mayoría de los pensionados, en un intento por calmar una revuelta que se prolongó casi un mes en las manifestaciones de los denominados "chalecos amarillos".
Antes de los anuncios "conciliatorios" de Macron, los economistas esperaban que el déficit francés se ubicara en un 2,8% en el 2019. Las concesiones implicarán un "agujero" de 10.000 millones de euros (u$s 11.300 millones) en el presupuesto por lo que el primer ministro apuntó a que el año próximo, Francia superaría el techo del déficit que marca la UE.
"Nuestra meta es mantener al máximo nuestras promesas (...) Esto le permitiría (al gobierno) contener el déficit a alrededor del 3,2% en 2019", aseguró Philippe.
El jueves pasado, el comisionado económico de la UE, Pierre Moscovici, afirmó que una superación del techo del déficit por parte de Francia podría ser tolerado si es algo temporal.
En todo caso, un sondeo del grupo Ifop publicado ayer mostró que la aprobación a la gestión de Macron -que lleva 19 meses como presidente- sigue cayendo: perdió dos puntos en el último mes, a un 23%. Además, los "muy insatisfechos" con su gobierno ganaron seis puntos, al 45%.
Aun así, el sábado el mandatario superó mejor de lo previsto una prueba de fuego: la cantidad de manifestantes que en líneas generales piden un mayor poder adquisitivo -y que en los últimos cuatro sábados iba en aumento-, bajó a la mitad de la afluencia del 8 de diciembre, a 66.000 personas, y hubo menos incidentes violentos.
Apenas el lunes, Macron había anunciado una subida de 100 euros mensuales para los empleados que cobran el salario mínimo, o la anulación de un impuesto a las pequeñas jubilaciones.
El movimiento de los chalecos amarillos "se está atemperando, pero lo que permanece es un fuerte sentimiento de rabia contra Macron", aseguró el sociólogo Hervé Le Bras de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales.
Muchos de los manifestantes han señalado directamente a Macron, de 40 años, exigiendo su dimisión y criticando su pasado de joven banquero, su pertenencia a la "élite" y su supuesta "arrogancia".
El presidente de la Asamblea Nacional y miembro del partido gobernante La República en Marcha (LREM), Richard Ferrand, se mostró aliviado por el "necesario" declive de la movilización de los chalecos amarillos.
"Vamos a inyectar 10.000 millones de euros en el poder adquisitivo de los franceses", afirmó refiriéndose a las medidas anunciadas por Macron.
Tras el movimiento de protestas, "Macron ha demostrado que está más abierto al diálogo", evaluó el analista Jean-Daniel Levy del grupo de sondeos Harris Interactiv. El gobierno anunció consultas durante seis meses con grupos de la sociedad civil, alcaldes, sindicatos, empresarios y representantes de los "chalecos amarillos" para debatir temas fiscales y reformas económicas.
Macron "no va necesariamente a cambiar el rumbo de sus reformas, pero sí la forma en que las va llevar a cabo", precisa Lévy














