El ex presidente de Uruguay José "Pepe" Mujica (2010-2015) presentó el martes pasado su renuncia a su banca en el Senado y deslizó contundentes mensajes en su despedida. "La política es la lucha por la felicidad humana" y "triunfar en la vida no es ganar, sino levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae", fueron tan solo algunas de las conmovedoras frases que pronunció durante su último discurso como senador.

"Pepe" Mujica renunció a su cargo en una decisión precipitada por la pandemia de coronavirus y anunció que se retira de la vida política, donde dejó una huella por la claridad de su discurso, un estilo alejado de los protocolos y una militancia contra las dictaduras y por la unión latinoamericana.

En la sesión extraordinaria de la Cámara Alta, en la que dejó su escaño, el dirigente del Frente Amplio sostuvo: "Quiero agradecer, porque hay en la vida un tiempo para llegar y un tiempo para irse. Gracias a los funcionarios que en estos 26 años me han soportado. Algunos ya no están. Gracias a colegas, diputados y senadores, donde he compartido duras y jocosas. En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. Aprendí una dura lección que me puso la vida.El odio termina estupidizando".

Nacido el 20 de mayo de 1935 en el barrio Paso de la Arena, departamento de Montevideo, fue uno de los fundadores del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T), que en la década del 60 y 70 realizó asaltos, secuestros y ejecuciones en resistencia a la dictadura.

Pasó casi quince años de su vida en prisión y hoy, en su última sesión en la Cámara, recordó algunas situaciones que tuvo que enfrentar en ese período: "He pasado de todo en la vida. Estar seis meses atado con alambre con las manos en la espalda. Irme de cuerpo por no poder aguantar en un camión. Estar dos años sin que me llevaran a bañarme y tener que hacerlo con un frasco".

"Pero no le tengo odio a nadie", señaló el dirigente que, tras salir de la cárcel, fundó junto a otros líderes del MLN-T y otros partidos de izquierda el Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro de la coalición frenteamplista.

La simpleza como estilo de vida

Así, con su estilo llano, resultó elegido diputado y senador, y a sus 75 años se convirtió en el presidente electo de Uruguay al vencer en la segunda vuelta al ex presidente derechista Alberto Lacalle en 2009.

Durante su presidencia donó casi el 90% de su sueldo. Mantuvo su Volkswagen fusco, de color celeste, y una casa en Rincón del Cerro, un barrio rural de la periferia de Montevideo, donde además mantiene una huerta junto a su mujer desde 2005, Lucía Topolansky, quien luego fue vicepresidenta de Uruguay.

Su rol como líder en América Latina creció luego de la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez, ocurrida el 5 de marzo de 2013.

Gracias a su modo de vida simple, alejado del confort y la excentricidad, Mújica abrió un debate sobre el futuro de la izquierda latinoamericana e intervino en el proceso de paz en Colombia al reunirse, en Cuba, con guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC).

Fiel a sus ideales, recibió en Uruguay a madres con niños huérfanos de la guerra en Siria y aceptó un pedido del ex presidente estadounidense Barack Obama para que llegarán a ese país seis presos de la cárcel de Guantánamo, propuesta de la que luego se arrepintió.

También le pidió a Estados Unidos que levantara el embargo económico a Cuba, causando el disgusto de la izquierda uruguaya cuando visitó a Obama en el Salón Oval de la Casa Blanca.

En 2012, el ex guerrillero tupamaro despenalizó el aborto y en agosto de 2013 entró en vigor en Uruguay la ley de matrimonio igualitario. También impulsó la legalización de la marihuana en Uruguay, lo que convirtió a ese país en pionero de la industrialización de esa planta.

Entre sus fracasos, el ex mandatario reconoció que no pudo dejar un sistema de educación pública eficiente, para que igualara las oportunidades de los pobres con aquellos de mejor condición social.

En 2015 le devolvió la banda presidencial a quién había sido también su antecesor, Tabaré Vázquez, y volvió al Senado, donde ya había estado entre 2000 y 2005.

Pese a la derrota del Frente Amplio a nivel nacional en las elecciones del año pasado y la llegada de Luis Lacalle Pou a la Presidencia, Mujica ratificó su banca que hoy deja, en una decisión acelerada por la pandemia, debido a su edad y por padecer una enfermedad autoinmune.