

Estados Unidos y Cuba debatieron la apertura de embajadas en ambos países como parte del proceso para restablecer las relaciones diplomáticas entre dos viejos enemigos que deberán sortear temas sensibles como el embargo económico y la situación de los derechos humanos en la isla.
En el segundo día de conversaciones en La Habana, las delegaciones calificaron como "positivo" el clima de la reunión, pero reconocieron que será un proceso "largo" dadas las profundas diferencias y décadas de desconfianza mutua.
"Nuestro esfuerzo de normalizar las relaciones será un proceso muy largo y no se va a limitar al establecer relaciones o a la apertura de las embajadas. Hoy hemos dado nuevos pasos en nuestra nueva dirección", dijo Roberta Jacobson, máxima autoridad diplomática estadounidense para América Latina.
La funcionaria dijo que abordó con la delegación cubana el tema de los derechos humanos, un aspecto que Estados Unidos considera "fundamental" en las futuras conversaciones.
"Tenemos diferencias profundas con el Gobierno cubano, pero sí fue parte de las conversaciones", agregó.
La delegación cubana, liderada por la directora para América latina del Ministerio de Relaciones de Cuba, Josefina Vidal, se comprometió con un mejor clima bilateral, pero pidió "respeto recíproco" sistema político, económico y social de ambos estados y la no injerencia en los asuntos internos.
Cuba pidió la derogación del embargo económico que Washington ha mantenido sobre la isla por décadas e insistió en ser eliminada de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
El Secretario de Estado, John Kerry, dijo que esperaba abrir formalmente una embajada en Cuba y aseguró estar preparado para reunirse con el canciller cubano, Bruno Rodríguez.













