El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no concretó ayer sus amenazas de represalia contra Siria por el presunto ataque químico del sábado pasado, pero gestionó apoyos occidentales para avanzar con una estrategia común.

Tras hablar con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sobre una posible "respuesta fuerte y conjunta", Trump abordó el tema con la primera ministra británica, Theresa May, y ambos coincidieron en condenar "el desprecio vicioso del presidente sirio (Bachar al) Asad por la vida humana", reportó la Casa Blanca.

Asimismo, los dos líderes sajones "estuvieron de acuerdo en no permitir el uso de armas químicas", tal y como establece el Protocolo de Ginebra, explicó luego la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders. Estas conversaciones se enmarcan en la posibilidad de que el Pentágono ejecute una respuesta "contundente" contra el gobierno de Al Asad, una acción para la cual Trump quiere contar con el respaldo de la comunidad internacional. "Estamos trabajando con nuestros socios y aliados para evaluar todas las opciones", declaró Sanders.

De su parte, Macron dijo que considera posible un ataque contra armas químicas en Siria, y apuntó que "en los próximos días" se difundirá la decisión sobre un ataque contra ese país. "El régimen de Al Asad no es el enemigo de Francia, sino el de su pueblo", aseveró Macron y aclaró que, en caso de que se produzcan ataques en Siria, irán dirigidos solamente contra las "capacidades químicas" del régimen sirio.

Trump y Macron desean una "reacción contundente" de la comunidad internacional y "permanecerán en estrecho contacto", informó el Elíseo. Macron dijo que en ningún caso serán atacados los aliados del gobierno sirio, ya sea unidades rusas o iraníes, y destacó que Francia no quiere "ninguna escalada" del conflicto.

En el Consejo de Seguridad, EE.UU. impulsó ayer un borrador de resolución que fue objetado por Rusia, que advirtió que el texto contenía "elementos inaceptables" y lo vetó."Eso dará a Estados Unidos y quizás a Francia una excusa para una acción militar", estimó Richard Gowan, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

El embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzia, advirtió que una eventual acción militar estadounidense sería "muy, muy peligrosa". "Pedimos a los occidentales a que abandonen la retórica de guerra, dijo y reiteró que "no hubo ataque químico en Duma".

Poco después, el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó la propuesta rusa para crear un nuevo mecanismo de investigación sobre el uso de armas químicas en Siria, ya que no obtuvo el mínimo de nueve votos necesarios para salir adelante.

De su parte, China "se opone al uso impulsivo de la fuerza y las amenazas de utilización de la fuerza en las relaciones internacionales", expresó Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores. "Primero se debe llevar a cabo una investigación completa, imparcial y objetiva" y ninguna de las partes puede "prejuzgar los resultados para extraer conclusiones arbitrarias", señaló durante una conferencia de prensa. "Las acciones militares no nos llevarán a ningún lado".