

La toma del poder de los talibanes, la salida caótica de los Estados Unidos, y el colapso fenomenal del gobierno afgano y sus fuerzas militares, hundieron al país en una profunda crisis, pero es probable que no sea la única.
El exgobernador del banco central de Afganistán (DAB, por sus siglas en inglés), Ajmal Ahmady -cuyos tuits sobre la caída de Kabul se hicieron virales días atrás- le dijo al Financial Times que los afganos van a enfrentar condiciones económicas "nefastas" debido a la falta de dólares y la alta inflación.
Ahmady -que logró escapar de Kabul el domingo por la noche en un avión militar, luego de que su vuelo fuera cancelado- dijo que Afganistán era dependiente de los envíos de dólares que llegaban desde los Estados Unidos vía marítima, y que era probable que el país comience a experimentar nuevos aumentos de precios y controles de capital, a medida que los envíos de dólares comienzan a escasear.
De hecho, días antes de la toma de Kabul, el banco central ya había sido alertado de que no llegarían nuevos fondos debido al deterioro de la situación en el país.
"Si la gente cree que está mal pero que esto ya terminó, creo que están subestimando el impacto... Terminamos la fase militar y ahora vamos a enfrentar la fase económica del impacto", le dijo Ahmady al FT. "Va a ser bastante nefasto", cuando "la gente no pueda acceder a los fondos que necesitan de los bancos", advirtió.
De hecho, según Ahmady, los talibanes ya le estuvieron preguntando a personal del banco central sobre la ubicación de los activos. Ahmady estimó que las reservas del país eran de unos u$s 9000 millones hasta la semana pasada, sin embargo la enorme mayoría están en el extranjero. De hecho, sólo en la Reserva Federal hay unos u$s 7000 millones entre dólares, bonos del Tesoroestadounidense, oro y otros activos. Otros u$s 1,3 mil millones están en cuentas internacionales y u$s 700 millones en el Banco de Pagos Internacionales (BIS).
"Para los estándares internacionales, la mayoría de los activos están en activos seguros y líquidos como bonos del Tesoro y oro", explicó Ahmady en Twitter. Sin embargo, gran parte de esos activos, como los que están en la Reserva Federal, ahora han sido congelados. Además, varios talibanes están en la lista negra de los Estados Unidos y recibieron sanciones económicas.
En este contexto, y debido al fuerte déficit de Afganistán, "el DAB dependía de los envíos físicos de efectivo cada un par de semanas. La cantidad de efectivo que queda está cerca de cero debido a que se frenaron los cargamentos a medida que la situación del país se deterioraba, especialmente en los últimos días", agregó.
El sábado antes de la caída de Kabul, el banco central tuvo que inyectar grandes cantidades de dólares, luego de que la incertidumbre y miedo entre los afganos generara en una corrida bancaria. El DAB tuvo que poner topes de retiro. Ya sabían que el nuevo envío de dólares que esperaban para el domingo no iba a llegar. Ese domingo el expresidente Ghani huyó de Afganistán -sin decirle a casi nadie del gobierno-, y Kabul cayó.
También se esperaba que Afganistán recibiera el próximo lunes unos u$s 340 millones en Derechos Especiales de Giro (parte de los u$s 650 millones que ya tenía aprobados) por parte del Fondo Monetario Internacional, pero esa operación también es incierta. El martes, un grupo de legisladores le pidió a Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos -que tiene un peso fundamental en el FMI-, que interviniera para frenar el proceso.













