En contra de los deseos del primer ministro Boris Johnson, la reina Isabel II de Gran Bretaña dio su aprobación a la ley sancionada por el Parlamento que obliga al Gobierno británico a solicitar una prórroga para el Brexit en el caso de que no se haya alcanzado un acuerdo con la Unión Europea (UE) para el 31 de octubre.

De esta forma, Johnson queda acorralado y deberá decidir si se allana a los deseos de los legisladores o -como amenaza- desobedece a la reina y se expone a ser acusado de desobediencia.

Ahora cuenta con un tiempo para resolver mientras el Parlamento permanece cerrado por un receso reclamado por el mismo Johnson, aunque la situación en la que queda es delicada y podría derivar en su renuncia al cargo.

El premier hizo su último intento para obtener un adelantamiento de las elecciones, con lo que pretende lograr el apoyo popular para llevar adelante su agenda de Brexit, pero el Parlamento volvió a darle la espada.

Johnson pidió a la UE eliminar del Tratado la denominada "salvaguarda irlandesa", un mecanismo para evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda que amenace al frágil acuerdo de paz de 1998 que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en Irlanda del Norte.

El ejecutivo británico propone reemplazarla por "arreglos alternativos", pero aún debe precisar en qué consistirían.

"Si nos concentramos creo que podemos realizar un gran progreso", afirmó Johnson en Dublín. "Presentaremos ideas, tenemos tiempo para hacerlo y lo abordaremos con mucho entusiasmo", agregó.

Un ex director de enjuiciamientos públicos del Reino Unido dijo que Johnson podría enfrenta la prisión si se niega a retrasar el Brexit ante una acción judicial. "En casos convencionales ... las personas que están en desacato al tribunal y no logran purgar su desprecio pueden ser encarceladas", dijo a Sky News Ken MacDonald, que desempeñó el cargo público de 2003 a 2008 y ahora se sienta en la Cámara de los Lores.

La sesión, además, fue escenario de la despedida del presidente del cuerpo que gobernó en los los últimos 10 años, el controvertido John Bercow, quien anunció que dejará el cargo a más tardar el 31 de octubre.

Conocido por su famoso grito de "¡Orden!", Bercow, jugó un importante papel en el convulso proceso del Brexit dando voz a diputados proeuropeos.