LAS CLAVES DEL NUEVO ESCENARIO INTERNACIONAL

"Hay una gran oportunidad para México de acercarse a la Argentina y Brasil"

“Hubo un cambio totalmente radical en la política exterior de México , reconoce Arturo Magaña Duplancher, analista e investigador del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, una institución que trabaja en el asesoramiento del Senado. Durante una charla con El Cronista en un edificio de la Cámara Alta, sobre el tradicional Paseo de la Reforma, Magaña Duplancher –quien además trabaja para el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales- analizó la situación de su país ante la postura del presidente estadounidense Donald Trump y el creciente interés del gobierno de Enrique Peña Ñieto por acercarse a la Argentina y Brasil.

-¿Con el tiempo se le fue quitando dramatismo en México a las duras posturas iniciales de Donald Trump?  

-Lo que hay es una compresión mayor del proceso que abarca distintas negociaciones, de los contrapesos institucionales a los que se enfrenta el propio presidente de los EE.UU.. Así como de las oportunidades que tiene México de incidir en defensa de sus intereses. No es que haya menos incertidumbre, pero se valora de otra manera con menos dramatismo. Lo que sí está generalizada es la preocupación por las pocas oportunidades que se ven para incidir en una élite que toma decisiones en política exterior erráticamente en Estados Unidos, y que no necesariamente las toma en beneficio de la sociedad americana. Por ejemplo, el retiro de los Estados Unidos del acuerdo de París. Su participación era clave para generar empleos, para el crecimiento de las industrias estadounidenses. Tomó una decisión al calor de una campaña política que parece no ha terminado. El interés político inmediato parece estar siempre por encima de los intereses nacionales medidos desde el punto de vista más pragmático. La preocupación es que, si lo que viene respecto a México va a seguir esa línea, primero no habrá manera de convencerle que esto será en su beneficio, el de la mayoría de la población estadounidense. Tampoco habrá posibilidad de atemperar esos ánimos dado que tienen como mercado la política doméstica. El problema es que Trump quiera hacer política interna con los mexicanos, que mantenga este tema como política interna. Eso es motivo para preocuparse con independencia de lo que publica en Twitter.

Donald Trump

-En lo que respecta al Nafta dejó una puerta abierta a negociar…

-Hasta allí sabemos. El peligro es que este tema pueda contaminar el proceso electoral en ambos lados en 2018 (en junio del año próximo habrá elecciones presidenciales en México y en noviembre se desarrollarán las legislativas en EE.UU). Me refiero al debate sobre México y el libre comercio. La premura de las dos partes puede ser útil si se quiere salir de esta dinámica. Pero no sería extraña la posibilidad de que Trump pretenda volverlo un tema de campaña, por la evidencia que hemos visto de su comportamiento. México ya le ha dado réditos como tema electoral. Por supuesto, no es el único actor, será clave la voz del Congreso y hay aliados importantes. La máxima autoridad en EE.UU. en materia comercial no es el Presidente, es el Congreso. No veo por ahora a un Trump moderado y razonable, como no lo vimos estos días con el tema Cuba, por ejemplo.

-¿Qué postura está tomando México frente a esto?. ¿Significó un giro en todos los planos o solo en la cuestión bilateral con EE.UU?

-Sí, hubo cambio totalmente radical. Hay señalar el impresionante despliegue de la cancillería y la secretaría de Economía y otras agencias gubernamentales, buscando afanosamente espacios de diversificación comercial. No con la idea de sustituir la relación comercial más importante que tenemos en el mundo. Porque de hecho es insustituible: casi el 80% de las exportaciones mexicanas concentradas en Estados Unidos. Aún sin NAFTA, el comercio con EE.UU. seguirá siendo fundamental. Pero sí con la intención de buscar otros socios estratégicos en logística, exportación, respaldo político, inversiones; que eventualmente pudieran ayudarnos. Lo que no ha podido el gobierno todavía es convocar a los sectores productivos para que participen de esta negociación, pero aún es temprano para evaluar una estrategia.

-Y en ese marco está el replanteo del acuerdo comercial con Argentina

-Sí, México tiene varios frentes abiertos. Tenemos también la modernización del acuerdo con la Unión Europea y el caso del TTP. A ver si tenemos capacidad negociadora para eso; son tres negociaciones muy complejas.

Enrique Peña Nieto

-¿Lo que cambia es la relación de México con Estados Unidos o es un cambio que involucra a toda América Latina?

-Impacta dramáticamente en América Latina y no es casualidad que volviera a reunirse la OEA en Cancún, ya que nunca se ha reunido en México. Por primera vez en estos tiempos EE.UU. tiene un desinterés muy grande sobre Latinoamerica. Hay que buscar oportunidades. Nuestro canciller habla siempre de Argentina y Brasil como oportunidades pendientes, y tiene razón. Hay una gran oportunidad de acercarse aprovechando el cambio de orientación política en estos países. Pero también a partir de la necesidad de buscar otras alternativas y aprovechar el desinterés para llenar los huecos vacíos de liderazgo. No en balde China está también muy activa en la búsqueda de oportunidades en América Latina.

Más información: Avanzan las negociaciones por un nuevo acuerdo comercial con México

 -¿Estamos en un mundo más inseguro, más proteccionista, más nacionalista?

-Creo que no, por suerte. Más bien lo contrario. Quizás el ejemplo terrible que nos regaló la alianza atlántica, Brexit más Trump, lo que ha hecho fue asustar tanto sobre esos dos modelos y sus futuro inmediato que creo estamos cada vez más lejos de eso. Mas bien veo una coalición completa de países poderosos, importantes, que le han dado la espalda. Se daba por hecho a partir de estos dos sucesos que iban a caer en cascada, por ejemplo, Holanda, Francia y Alemania en sus procesos electorales. No solo no pasó sino que además la ultraderecha casi desaparece, porque hay una reacción positiva globalizadora de recuperación de valores que se ven amenazados. Esta es la lectura, por ejemplo, de la elección pasada en el Reino Unido y de otros procesos de este año, tanto en Europa como América Latina. Creo que Trump comenzó un efecto dominó, pero en contra. 

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