El presidente de Brasil estrecha manos pese al coronavirus

El viernes pasado, un primer test de coronavirus le dio negativo, y aunque el Ministerio de Salud de Brasil le recomendó aislarse hasta tanto se hiciera la segunda prueba, el presidente Jair Bolsonaro salió el domingo a saludar a sus simpatizantes, dándoles las manos y tomándose fotos con ellos, en la puerta de la sede del gobierno en Brasilia. No era un saludo de rutina, sino de arenga para todos sus seguidores que hicieron marchas en varias ciudades brasileñas, por una convocatoria hecha hace semanas por el Ejecutivo, para que la presión popular demuestre que el mandatario goza de amplio apoyo. Y que esa aprobación sume presión al Congreso para acelerar las reformas que impulsa el ministro de Economía, Paulo Guedes, más allá de la previsional, ya aprobada.
El mandatario de 64 años incluso transmitió en las redes sociales estos saludos frente al Palacio de Planalto, vestido con una camiseta blanca de la selección brasileña de fútbol, y dijo que "no tiene precio" la muestra de apoyo de la gente en varias ciudades.
El ministro de Salud de Brasil, Luiz Mandetta, le había recomendado aislarse en la residencia presidencial del Palacio de la Alvorada por lo menos una semana y realizarse dos exámenes más de Covid-19 , luego de que cuatro personas de su comitiva dieron positivo, tras viajar al Estados Unidos, donde cenaron con el mandatario Donald Trump.
En las marchas de ayer, los manifestantes desplegaron pancartas y cánticos en defensa del gobierno federal y con una serie de ataques al Congreso, al presidente de Diputados, Rodrigo Maia, y al Tribunal Supremo Federal (STF).
Ayer mismo, el Ministerio de Salud elevó a 200 los casos de contagio del coronavirus en Brasil, 79 más que el sábado, y hay 1913 casos sospechosos. El estado de San Pablo, el más poblado del país en el sureste, tiene el mayor número de casos confirmados, 136, es decir, seguido por Río de Janeiro con 24 y la capital Brasilia con ocho.