Por qué tengo tanto sueño: esta es la fórmula perfecta para obtener el descanso perfecto
Según el último informe del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA, el 75% de los argentinos manifestó padecer trastorno de sueño. ¿Cómo contrarrestar la falencia?
Dormir más temprano al igual que conciliar un sueño regular con horarios de acostarse y despertarse constantes garantiza la obtención de beneficios para la salud.
Así lo señaló el apartado conclusivo del estudio "Sleep timing, sleep consistency, and health in adults: a systematic review" publicado en octubre de 2020 en el sitio Canadian Science Publishing. El texto respaldó la premisa de que una franja más tardía sumada a una mayor variabilidad conduce, por consiguiente, a resultados adversos.
El trabajo liderado por Jean-Philippe Chaput, Caroline Dutil y Ryan Featherstone tomó como base los análisis iniciados en 92.349 participantes que habían sido sometidos voluntariamente a abordajes previos, realizados en el período 2008-2018.
"Los hallazgos sugieren que el horario de sueño más tardío y la mayor variabilidad del sueño generalmente se asociaron con resultados de salud adversos. Sin embargo, debido a que la mayoría informaron asociaciones lineales, no fue posible identificar umbrales para el 'horario de sueño tardío' o la 'gran variabilidad del sueño'", signó el informe.
Las intervenciones o exposiciones fueron "horario de sueño" y "consistencia del sueño". El primero, entendido como el momento del día en que ocurre y generalmente se informa como la hora de acostarse/despertarse o el punto medio del sueño. El segundo, en tanto, comprendido como la rutina o regularidad y puede informarse como variabilidad intraindividual día a día. Se excluyeron los estudios que examinaron el impacto del trabajo por turnos, la preferencia diurna (matutino/vespertino) o el cronotipo (por ejemplo, alondra matutina versus noctámbula) porque ya habían sido revisados.
El análisis toma relevancia en Argentina. Es que, según un estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), realizado en conjunto con la Fundación Favaloro en 2023, en nuestro país un 75,95% de las personas presentan alteración del sueño de algún tipo. El 38,61% padece insomnio o sueño interrumpido y el 21,39% duerme menos de las ocho horas recomendadas.
"Cuando un cuadro se reitera durante más de tres meses ya hablamos de algo crónico que hay que atender, porque las consecuencias no solo se sienten en la vida diaria, con el cansancio, la dificultad para la resolución de problemas y la pérdida de memoria, sino que pueden repercutir a largo plazo, con tendencia a la demencia, el Alzheimer, las complicaciones cardiovasculares, cardíacas o arritmias, entre otras", alertó el médico neumonólogo y Jefe del Laboratorio del Sueño del Hospital de Clínicas, Facundo Nogueira, a La Nación.
En este sentido, el informe publicado en Canadian Science Publishing dio cuenta de que, en general, 31 (63%) análisis mostraron que la variabilidad del sueño, el jetlag social y el horario de sueño tardío se asociaron con resultados adversos para la salud. Entre las patologías derivadas, sobresalieron enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, salud mental y cerebral, función cognitiva, cataratas y accidentes o lesiones.
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