

Dos síntomas persistentes, 19 médicos diferentes y un diagnóstico que llegó tarde. Esa es la historia de Kayleigh Walker, una docente de 37 años y madre de dos hijas, que descubrió que tenía cáncer de mama en etapa terminal, luego de que sus dolores fueran atribuidos a su embarazo.
Su caso ha generado un profundo debate sobre la atención médica a mujeres en etapa de gestación.
Cáncer de mama: síntomas ignorados y un diagnóstico que llegó tarde
Antes de quedar embarazada de su segunda hija, Walker comenzó a experimentar un dolor persistente en la espalda y el cuello. A pesar de consultar a múltiples profesionales de la salud, sus síntomas fueron constantemente minimizados y atribuidos a los cambios físicos normales del embarazo.
Esta interpretación errónea llevó a una demora significativa en su diagnóstico. Cuando finalmente descubrieron lo que tenía, el cáncer de mama de Walker ya se había propagado a los huesos, clasificándolo como etapa terminal.

Del dolor a la concientización: la historia de Kayleigh Walker
A las 30 semanas de embarazo, Walker detectó un bulto en su seno derecho. Este síntoma hizo que finalmente le practicaran una ecografía y una resonancia magnética. El resultado confirmó que tenía cáncer de mama avanzado, el cual ya se había diseminado a los huesos. Además, se le diagnosticó el colapso de varias vértebras de la espalda.
Más allá del golpe fatal que representó para Kayleigh su diagnóstico, ella decidió transformar su dolor en acción y ahora busca concientizar a los demás sobre la importancia de una evaluación médica más exhaustiva y atenta, especialmente en mujeres embarazadas que presentan síntomas inusuales.
Su historia subraya la necesidad de escuchar a los pacientes y considerar todas las posibilidades diagnósticas, incluso cuando los síntomas parecen comunes o relacionados con el embarazo.

Reflexión sobre la atención médica durante el embarazo
Debido al deterioro avanzado de su columna, los médicos decidieron realizarle una cesárea de emergencia. El procedimiento se efectuó en agosto del año pasado con 10 semanas de antelación, ante el riesgo de que la madre quedara paralizada si continuaba con el embarazo hasta el término.
Su hija menor, Rosie, nació de manera prematura, pero sana. Dos días después del parto, Walker fue sometida a una intervención en la espalda que consistió en la inserción de seis varillas y doce tornillos para estabilizar su columna.

El caso de esta madre de Gales pone en evidencia la necesidad de protocolos médicos que contemplen la posibilidad de enfermedades graves durante el embarazo, sin asumir automáticamente que todos los síntomas son consecuencia de la gestación.
Una atención médica más cuidadosa y personalizada podría marcar la diferencia en la detección temprana y el tratamiento efectivo de enfermedades como el cáncer de mama.
Cáncer de mama: una enfermedad mortal que afecta a Argentina
La detección temprana del cáncer de mama continúa siendo la herramienta más eficaz para reducir la mortalidad, que en Argentina alcanza las 20 muertes por cada 100.000 mujeres.
"El cáncer de mama no se puede prevenir, pero sí detectar a tiempo", explicó a El Cronista el Dr. David Fusaro, Director Médico del Instituto Ginecológico Buenos Aires y ex jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Fundación Favaloro. Según el especialista, es clave no caer en mitos que demoren la consulta médica:
"Hoy, muchas mujeres creen que si no tienen antecedentes familiares no están en riesgo, y eso es un error: el 80% de los casos se dan en mujeres sin antecedentes".
Además de los estudios por imágenes -como la mamografía, la ecografía y eventualmente la resonancia magnética-, Fusaro insiste en mantener hábitos saludables.
"Hay más probabilidades de tener cáncer de mama durante la menopausia, es decir, una persona de 55 años va a tener más riesgo que una persona de 35 o de 45", agregó, y es por eso que reiteró que hay que intensificar los controles en esa franja etaria.
En este contexto, la educación resulta tan importante como la tecnología: identificar síntomas, despejar falsos mitos y acudir al especialista a tiempo puede marcar la diferencia.












