

El 2026 no será un año más dentro del calendario lunar chino. A partir del 17 de febrero, comenzará el año del Caballo de Fuego, una combinación energética intensa que, según la astróloga Ludovica Squirru Dari, traerá cambios profundos, redefiniciones colectivas y decisiones que no admitirán medias tintas.
En su mirada, se trata de un ciclo dominado por la energía Yang, asociada a la acción, el impulso y la exposición. El mensaje central no pasa solo por lo individual: el Caballo de Fuego empuja a la humanidad a revisar estructuras, vínculos y formas de convivencia, en un contexto global atravesado por tensiones y conflictos que buscan resolución.
El año del Caballo de Fuego
Dentro de la astrología china, el Caballo ya es un signo de movimiento, independencia y rebeldía. Al estar regido por el elemento Fuego, esa naturaleza se potencia. Para Ludovica, el resultado es una energía difícil de domesticar, que puede impulsar grandes avances o generar rupturas abruptas si no se canaliza con conciencia.
El 2026 será, en ese sentido, un año de examen:
- Se pondrán a prueba liderazgos políticos y sociales.
- Habrá definiciones en conflictos prolongados.
- La tecnología seguirá avanzando a un ritmo que desafía los límites conocidos.
La astróloga suele comparar este clima con otros momentos históricos de quiebre, donde el mundo parece avanzar a una velocidad que obliga a adaptarse o quedar atrás.
Agosto, el mes clave del año: una pausa en medio de la intensidad
Dentro de un panorama tan demandante, Ludovica señala que no todo será tensión constante. Hay un período que se destaca como el más favorable del año: agosto, regido por el Mono dentro del calendario chino.

La relación entre el Caballo y el Mono es especialmente positiva para el trabajo en equipo, la creatividad aplicada y los proyectos con impacto social. Según la astróloga, este mes funcionará como una ventana de alivio, ideal para:
- Impulsar iniciativas solidarias
- Fortalecer redes comunitarias
- Encontrar soluciones colectivas a problemas compartidos
Más que una calma pasiva, agosto aparece como un respiro activo, donde la cooperación se vuelve una herramienta clave para atravesar el resto del año.
El mensaje central de 2026: nadie se salva solo
Más allá de los signos y las predicciones puntuales, Ludovica insiste en una idea que atraviesa todo el horóscopo 2026: la importancia de la comunidad. Frente a un año donde “ningún signo estará completamente cómodo”, la salida no será individual.
Familia, amistades, grupos solidarios y redes de apoyo aparecen como el verdadero anclaje emocional del Caballo de Fuego. La astróloga suele poner como ejemplo las experiencias de comunidades que se organizan, comparten recursos y generan contención mutua frente a contextos adversos.
El desafío del 2026 será aprender a cabalgar el fuego, transformando la intensidad en coraje creativo, empatía y compromiso colectivo. Quienes logren hacerlo, no solo atravesarán el año: saldrán transformados.













