

Si bien regar tus plantaspuede parecer una tarea sencilla y rutinaria, es importante comprender que el tipo de agua que utilizás puede tener un gran impacto en la salud y el desarrollo de tus pequeñas verduras y flores.
Cuando hablamos del cuidado de las plantas, el riego es más que simplemente proporcionar agua; es una forma de medicina primordial para ellas. Sin embargo, el agua de la canilla puede tener consecuencias perjudiciales en lugar de beneficiarlas.
¿Por qué no hay que regar las plantas con agua de la canilla?
Según un artículo de AD Magazine, el agua de la canilla puede parecer la opción más conveniente para regar tus plantas, pero en realidad puede ser perjudicial para su salud.
La razón principal radica en la composición del agua de la canilla, que contiene cal, cloro, sarro y sales. Estos elementos, cuando se acumulan alrededor de las raíces de tus plantas, pueden obstaculizar su crecimiento e incluso generar un efecto tóxico sobre el suelo, impidiendo la absorción adecuada de agua y nutrientes esenciales.

Esto puede manifestarse en síntomas como hojas amarillas, podredumbre, sequedad, enfermedades bacterianas e incluso la muerte de las raíces.
Aunque la lluvia sería la mejor opción para regar las plantas, ya que es libre de químicos y minerales, no siempre es una posibilidad accesible, especialmente durante los meses secos.
Por lo tanto, la alternativa más viable es el uso de agua filtrada, que ofrece una mayor pureza y está menos contaminada con sustancias tóxicas, lo que la convierte en una mejor opción.

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¿Cómo mejorar el agua de la canilla para tus plantas?
Si no tenés otra opción que regar tus plantas con agua de la canilla, no te preocupes, hay algunos trucos que pueden ayudarte a mejorarla para que no afecte a tus plantas y flores.
Sin embargo, tené en cuenta que, aunque sigas estos pasos al pie de la letra, no garantizan que el agua sea 100% segura para tus plantas. Hay tres alternativas que pueden ayudarte a cuidar su salud:
Regá con agua y vinagre:
- En un balde grande, poné tres litros de agua y agregá tres gotas de vinagre de cualquier tipo por cada litro.
- Dejá reposar la mezcla durante 20 minutos.
- Una vez lista, tendrás agua purificada y libre de componentes nocivos para tus plantas. Ya podés aplicarla en el suelo de tus pequeñas.
Regá con agua hervida:
- Herví un litro de agua en una olla a fuego alto.
- Después de hervir, dejá la olla a fuego bajo durante cinco minutos más.
- Dejá enfriar el agua y luego utilizala para regar tus plantas.
Regá con agua reposada:
- Dejá reposar el agua durante 24 horas.
- Colocala en una olla y dejala a la intemperie durante un día completo. Esto permitirá que el cloro se evapore y el flúor se asiente en el fondo del recipiente.
- Una vez lista, utilizala para regar tus plantas.













