

Los caldos se han vuelto muy populares por su alto valor nutricional y su capacidad para revitalizar a los enfermos. Además, son esenciales en las dietas de pérdida de peso gracias a su bajo contenido calórico y su habilidad para saciar el hambre.
Asimismo, son una excelente fuente de vitaminas y minerales, lo que los convierte en una opción muy saludable para quienes siguen un régimen de reducción calórica.
¿Cuáles son los beneficios del caldo de huesos?
Uno de los caldos más recomendados para dietas de pérdida de peso es el caldo hecho a partir de huesos de pollo, famoso por su alto contenido de proteína animal y su notable aporte de colágeno.

Según la Dra. Mª Isabel Beltrán Margarit, médica nutricionista y experta en obesidad y sobrepeso, su consumo ofrece beneficios como:
- Nutrición óptima: el caldo de huesos es rico en nutrientes esenciales como calcio, magnesio, fósforo y otros minerales vitales para la salud ósea y el correcto funcionamiento del cuerpo.
- Apoyo a las articulaciones: contiene colágeno y gelatina, componentes clave para la salud articular. Estas sustancias pueden ayudar a reducir el dolor en las articulaciones y aumentar la flexibilidad.
- Mejora de la digestión: el caldo de huesos puede fortalecer la mucosa intestinal y favorecer una digestión adecuada. También ayuda en la reparación del revestimiento intestinal, lo que resulta beneficioso para quienes enfrentan problemas digestivos.
- Salud de la piel, cabello y uñas: el colágeno presente puede contribuir a una piel más saludable, un cabello más fuerte y uñas más resistentes.
- Apoyo al sistema inmunológico: los nutrientes en el caldo de huesos pueden reforzar el sistema inmunológico y ayudar a combatir enfermedades.
- Ayuda en la pérdida de peso: puede ser un alimento saciante y bajo en calorías, útil en programas de pérdida de peso.
- Beneficios para la salud cardiovascular: algunos estudios indican que el consumo regular de caldo de huesos puede tener efectos positivos sobre la salud cardiovascular, como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas.
¿Cómo hacer un caldo nutritivo con huesos y vegetales frescos?
A continuación, la mejor forma de preparar este nutritivo caldo:
Ingredientes:
- Huesos de pollo, res o pescado (preferiblemente de animales criados de forma orgánica)
- Vegetales aromáticos: cebolla, zanahoria, apio
- Hierbas frescas como perejil, tomillo o laurel (opcional)
- Agua filtrada
- Sal y pimienta al gusto

Procedimiento:
- Asar los huesos: precalentar el horno a 200°C. Colocar los huesos en una bandeja para hornear y asarlos durante unos 30 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo, hasta que adquieran un color dorado.
- Preparar las verduras: mientras se asan los huesos, lavar y cortar en trozos grandes las cebollas, zanahorias y apio. Estos vegetales aportan sabor al caldo.
- Combinar los ingredientes: en una olla grande, colocar los huesos asados junto con las verduras preparadas. Cubrir todo con agua, asegurando que todos los ingredientes queden sumergidos.
- Cocinar a fuego lento: llevar la olla a ebullición y luego reducir el fuego. Cocinar a fuego lento durante al menos 6 horas para permitir que los nutrientes se liberen en el caldo.
- Espumar y sazonar: durante la cocción, puede formarse espuma en la superficie. Retirarla con una cuchara. Al final de la cocción, sazonar el caldo con sal y pimienta al gusto.
- Colar y guardar: una vez que el caldo esté listo, retirar los huesos y las verduras con una espumadera. Luego, colar el caldo a través de un colador fino para obtener un líquido claro y sin residuos.












