El audio más conmovedor de Gerardo Rozín: habla sobre las despedidas y los duelos

Desde su programa de radio ‘Minuto Rozín', el conductor proponía un espacio relajado para repensar temas cotidianos de la vida. Allí paraba todo para simplemente reflexionar, filosofar y dejar una enseñanza.

El conductor, periodista y productor Gerardo Rozín falleció el viernes a los 51 años de edad debido a un tumor cerebral. El productor que trajo tanta alegría a sus televidentes con sus programas ‘La peña de Morfi' y ‘ Morfi: todos a la mesa', también contaba con un programa de radio en Pop Radio 101.5 llamado ‘Minuto Rozín'. Dentro de este programa contaba con espacio donde lograba abrirse con los oyentes, y permitía todo tipo de reflexión e introspección.

Este segmento era un clásico de su programa de radio. Aquí el conductor se permitía filosofar sobre distintos temas, leer cuentos o simplemente, compartir un parecer. Este espacio era muy festejado por la gente que seguía el programa, que lo sentían con una gran cercanía y empatía con sus propios problemas y vivencias.

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Murió Gerardo Rozín

"Paramos el mundo por un minuto: el minuto Rozín", anuncia una voz para dar el pase a Gerardo Rozín y un espacio para la reflexión: "Quería encontrar una respuesta a una de las preguntas más difíciles que me hice a mí mismo en mucho tiempo. Llamé por teléfono a un rabino, a un cura y a un psicólogo, porque quería saber qué se le dice a una persona que perdió a un hijo o una hija. ¿Cuál es la mirada que tiene cada religión sobre esto?. Y me formé bastante, quería hacer un programa sobre esto y ahora volví a la pregunta; para otra vez descubrir que no hay un único discurso frente al dolor", así fue como el periodista abrió el debate.

¿El tema de esta ocasión?: Cómo sobrellevar la muerte y salir adelante luego de una verdadera pérdida, "de esas grandes que sacuden cuerpo, corazón y alma", contó el periodista. En ese momento, explicó que luego de los llamados de rigor a las distintas corrientes que podrían darle una respuesta, llegó a una llamativa conclusión.

Ya sea en la televisión o en la radio, Gerardo Rozín siempre creó el espacio para la reflexión, y este fue uno que más impactó tras su muerte: "Para algunos, el dolor de verdad que genera una pérdida es como una piedrita en un camino más largo: entonces se fue para allá, estará mejor y luego lo encontrarás. Es difícil entenderlo ahora, pero en rigor, allá te están esperando. Es una parada en el medio del camino. Para otros, es el fruto de lo que hiciste antes. Hay mucho de premio y de castigo: hiciste esto y esto otro entonces, por tal motivo, vas a ser castigado, vas a ir al infierno o a lo que carajo fuere.

Hay quienes dicen que se puede usar el dolor como motor. Entonces a partir de esto, volver a armarse y salir para adelante como un hombre nuevo, es algo que los psicólogos a veces te lo dicen pero con palabras más difíciles. Lo cierto es que dentro de las religiones, filosofías y ciencias, hay distintas variantes y respuestas a la pregunta ‘qué se hace con el dolor'", concluyó el conductor.

Propuso repasar un cuento, un episodio de su vida muy pedido por sus oyentes que ya había contado en otras ocasiones. "Tiene que ver con una tía mía, tiene que ver con el dolor y la familia, que a mí me marcó muchísimo, lo viví de grande, en el cementerio de la Chacarita porque todos mis parientes los tengo enterrados en Rosario", arrancó explicando para meterse de lleno en la historia: "Cargamos a una tía, llevamos su cajón con toda la dignidad del mundo. Los más cercanos desgarrados del dolor llorando, los otros, acompañando. Esas cosas raras que tienen las despedidas, donde todo el mundo está afectado y nadie está afectado como el de al lado. Entonces llegamos y, quizás porque la quería más de lo que yo mismo me acordaba que la quería, o porque los rabinos y los curas y los que se encargan de manejar las cuestiones espirituales, trabajan para eso. Me hicieron llorar".

Continuó: "El rabino le preguntó a mi prima, a su hija, ‘¿la perdonaste?'. Ese es el momento de perdonar al que se va y sentirse perdonada, y así seguir con otra cosa. Un poco es así, ya está, ¿de qué sirve quedarte con una bronca con alguien que ya no está?. Todo lo que te jodió esa persona, que en este caso era la madre, ya sabés qué depende de la cagada que hiciste, y es sentirte perdonado también".

Luego explicó en qué consistía uno de los rituales de la religión judía para el perdón, y lo que esa simple acción representa en la ceremonia del último adiós. Luego confirmó que con ello cambió para siempre su perspectiva: "A mi tía le cortaron un pedacito de la manga de la camisa, eso es desgarrarse. No hay que hacerse el boludo frente al dolor. No lo dijo así el rabino, pero hay un momento en el que hay que desgarrarse del dolor y chau. Algo tuyo queda ahí y es indisimulable. Y pasa cuando se muere alguien cercano, o se muere una pareja: vos sos vos, yo soy yo, y los dos juntos hicimos una pareja. Vos seguís viva, yo sigo vivo, la pareja se murió, y ahí hay que desgarrarse. Y otra cosa mariposa".

Así fue como Gerardo Rozin se tomó un espacio en su programa de radio para contar cómo aprendió a transitar el camino del dolor y del perdón en esas circunstancias difíciles de la vida: "Uno perdona, el otro perdona, el otro se desgarró, y taza taza, cada cual a su casa. Cuando trato de emprender el regreso buscando el auto, como no conozco el cementerio vuelvo por el mismo camino y me llama el rabino. ‘Por ahí no, por ahí vinimos. No podés volver por ahí porque el camino al dolor se transita una sola vez'. Me encantó la enseñanza aunque en ese momento no lo entendí. Por ese camino habíamos llevado el cajón y ya no se podía volver a caminar por ahí. El camino del dolor hay que atravesarlo, y la muerte hay que cargarla. Con ello hay que perdonarse, hay que desgarrarse y ‘todo bien'. El camino del dolor hay que recorrerlo una sola vez. No se puede volver por el camino del dolor, lo atravesás una vez y hay que volver por otro lado", continuó desarrollando su teoría, aplicándola a cualquier otra despedida que toque afrontar en la vida.

Para finalizar, compartió la conclusión a la que llegó tras sus charlas y su propia experiencia: "Yo sigo sin saber qué se le dice a un amigo que está pasando por una pérdida grande, un dolor fuerte. Yo no sé qué se le dice, lo único que pensé todo el día es que ningún amigo de verdad, no se entera que uno está. Y eso no necesita mensaje de texto, cuando uno quiere decirle a alguien que está, eso ya lo sabe si es tu amigo. Yo estoy. Y lo segundo, aunque parezca increíble es ‘ya está'. Ya nos desgarramos mucho. Ya se lloró, ya cargamos todo, ya nos desgarramos, ya perdonamos, ya nos perdonaron y vamos macho, porque por el camino del dolor se pasa una sola vez".

Así fue la reflexión sobre el perdón y la muerte de Rozín, que misteriosamente nos habla a todos. Con la pérdida del periodista, hace que en esta situación tan delicada, lo recordemos de manera más personal e íntima, con el cariño que le tenía tanto el público como los medios.


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