Cumbre amazónica: buscan un acuerdo para proteger la selva tropical más grande del mundo
Los ocho países que forman parte de la Amazonía se reúnen en Brasil para coordinar las acciones necesarias para evitar que la selva amazónica llegue al llamado "punto de no retorno".
La Amazonía es una vasta región de América del Sur que comprende la cuenca del río Amazonas y el bosque tropical más extenso del mundo, que alberga el 10% de la biodiversidad global. Es también el hogar de 47 millones de personas, de las cuales 2 millones pertenecen a pueblos indígenas. Su extensión ocupa unos 7 000 000 km2 y se reparte entre nueve países, siendo Brasil y Perú los que poseen la mayor extensión, seguidos por Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Guayana Francesa.
Estos 9 países, que forman parte desde 2009 de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), se encontrarán el 8 y 9 de agosto en Belém Do Pará, Brasil, en la Cumbre Amazónica. El objetivo de la cumbre es elaborar un documento de consenso sobre el futuro de la selva para evitar que alcance su punto de inflexión, en el que dejaría de considerarse selva tropical. El documento será entregado por las autoridades brasileñas a los 193 Estados miembros en la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2023, y a los líderes mundiales en la COP 28 en diciembre de 2023.
Asistirán a la Cumbre representantes de Alemania y Noruega, los principales donantes al Fondo Amazonia -un fideicomiso abierto por Brasil para llevar adelante políticas públicas para proteger a la población amazónica-, y los gobernantes de República del Congo, República Democrática del Congo y de Indonesia, que poseen las mayores selvas tropicales del mundo.
Por qué la Amazonía es esencial para la supervivencia del planeta
"La Amazonía es el bosque tropical más grande del planeta y es importantísimo en términos de balance de carbono. La vegetación tiene un rol esencial porque puede capturar carbono, es una forma natural de tener un sumidero", explicó Paola Arias, profesora de la Universidad de Antioquia, Colombia, e investigadora y autora del Grupo I de Trabajo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en una videoconferencia organizada por la organización Periodistas Por el Planeta.
El dióxido de carbono es uno de los principales gases de efecto invernadero (GEI) que causan el cambio climático por lo cual la Amazonía es un ecosistema clave ya que puede almacenar entre 367 y 733 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono (CO2) en su vegetación y suelo. Emisiones que equivalen a 29 veces a las emisiones anuales de China (12,47 Gt en 2021), principal emisor a nivel mundial. Sin bajar las emisiones de carbono y sin bosques, los efectos del cambio climático sólo tenderán a agravarse, como se vio en las intensas olas de calor con temperaturas récord que se vivieron recientemente en el hemisferio norte.
"Las actuales concentraciones de GEI no han tenido precedentes en millones de años según los estudios paleoclimáticos. La composición química de la atmósfera no era así y las causas fueron muy bien identificadas científicamente", aseguró Arias.
La investigadora colombiana explicó que la deforestación en la Amazonía se produce principalmente por las plantaciones de soja, la minería y la ganadería. "Un bosque como el amazónico no crece en 10 o 20 años, toma mucho más ciclos, por eso es tan importante preservar la vegetación que está actualmente", advirtió.
El Panel Cientíco para la Amazonía lleva años advirtiendo que la Amazonía puede llegar a un punto de no retorno si se pierde más del 20% de sus bosques y biodiversidad.
Menos deforestación y menos explotación petrolera
Lula Da Silva, anfitrión del evento, llegó al poder en 2023 con la promesa de priorizar el cuidado del ambiente, revirtiendo las políticas de Jair Bolsonaro - que batió récords de deforestación durante la pandemia- y con el objetivo de eliminar la deforestación ilegal de la Amazonía para 2030. Y según el informe anual del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE) difundido recientemente, lo estaría cumpliendo: la deforestación en la Amazonía brasileña alcanzó la cifra anual más baja en cuatro años y en julio registró una reducción del 66% en relación al mismo mes de 2022.
Sin embargo, la deforestación no es la única amenaza de la Amazonía. Solo entre 2012 y 2020, la región amazónica experimentó un aumento del 13% en el número de campos petrolíferos. En algunos casos, un gran porcentaje de la porción de la Amazonía de cada país está cubierta por campos petrolíferos, siendo Ecuador el país con mayor área amazónica superpuesta (51,5%), seguido de Perú (30,9%), Bolivia (28,8%), Colombia (27,3%), y Venezuela (2,7%) y Brasil (1,4%).
Este es uno de los principales puntos de divergencia entre Brasil y Colombia a la hora de llegar a un acuerdo. Si bien Brasil carece de pozos petroleros en la selva, desde hace un mes hay un debate intergubernamental sobre el pedido de la estatal Petrobras de explotar petróleo submarino en la cuenca ecuatorial, a 500 kilómetros de la desembocadura del Río Amazonas.
"La cumbre amazónica tiene que impulsar las soluciones para las crisis, entendiendo el rol vital que cumple la Amazonía, que se pone en riesgo por la industria del gas y el petróleo", opinó Andrés Gómez Orozco, jefe del área de Energía de la organización ambientalista colombiana Censat Agua Viva, también presente en la videoconferencia organizada por la organización Periodistas Por el Planeta.
"Un bosque como el amazónico no crece en 10 o 20 años, toma mucho más ciclos, por eso es tan importante preservar la vegetación que está actualmente"
"Claramente la ciencia nos advierte que para no superar el 1,5 grados de aumento de temperatura la única manera es dejar la mayor cantidad de combustibles fósiles enterrados donde están", aseguró el investigador y llamó a "no aprobar nuevos proyectos de petróleo, es muy peligroso seguir explotando hidrocarburos en la Amazonía".
Una oportunidad de crecimiento económico
Pero proteger la Amazonía no es solo una cuestión ambiental, sino también económica. En mayo, el Banco Mundial publicó un informe sobre el desarrollo de la Amazonía brasileña, según el cual la tala de la selva puede costar al país al menos 317.000 millones de dólares, un valor siete veces superior a los beneficios de las materias primas extraídas de la selva.
Otro estudio, elaborado por el WRI Brasil en colaboración con 76 especialistas de instituciones científicas de todo el país, refuerza que el mantenimiento de la selva es una oportunidad de crecimiento integrador para la región amazónica. La "Nueva Economía de la Amazonia", basada en prácticas de bioeconomía, añadiría 40.000 millones de dólares al año al PIB de la región amazónica, a partir de 2050, crearía más de 800.000 puestos de trabajo en el sector de la bioeconomía, llevaría a la deforestación cero y a la restauración de 24 millones de hectáreas de bosque. Por no hablar de que el bosque generaría un 94% menos de emisiones y retendría un 19% más de carbono.
Las más leídas de Información General
Members
Cuál es el precio del dólar oficial y de los dólares financieros CCL y MEP.
Toda la información que necesitas sobre cómo empieza la semana en los mercados.
Bonos, acciones, riesgo país, Cedears, plazos fijos.
Compartí tus comentarios