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Albergan una masa enorme condensada en un tamaño relativamente pequeño, y tienen un brillo cuya intensidad oscila periódicamente. Además, se conocen muy pocas: apenas ocho en toda la galaxia.

Se trata de las enanas blancas ultramasivas pulsantes, es decir, estrellas en su etapa final de vida. De esa manera, la detección de pulsaciones del astro, se realizó a través de observaciones del Gran Telescopio Canarias (GTC), un poderoso instrumento óptico ubicado en las Islas Canarias, España, que posee uno de los espejos reflectarios más grandes del mundo, con 10,4 metros de diámetro.

Esta tarea estuvo a cargo de investigadores españoles que les facilitaron las imágenes y datos a los astrónomos argentinos del CONICET. A su vez, colegas norteamericanos ya habían detectado a la estrella con solo dos de sus pulsaciones desde el Observatorio Apache Point (Nuevo México, EEUU) y, gracias a la colaboración internacional vigente, siguieron la búsqueda con un telescopio más grande.

"Es un claro ejemplo de que la Argentina puede participar de descubrimientos importantes si se asocia con otros países con mayores recursos: nosotros aportamos los cálculos teóricos para modelar la estrella", expresó Francisco De Gerónimo, investigador del CONICET en el IALP y primer autor de la publicación científica.

Descubrimiento de la estrella  WD J0135+5722
Descubrimiento de la estrella  WD J0135+5722

Estrellas enanas blancas: cuáles son sus características

La nueva estrella se llama WD J0135+5722 y la descubrieron en la misma región que habita el resto de enanas blancas de su tipo. "Es cerca de nuestro planeta, dentro de la zona que se conoce como vecindad solar", señaló Alejandro Córsico, uno de los autores del trabajo, y explicó: "En particular, esta estrella está ubicada a una distancia de 50 pársecs, la unidad de medida utilizada en astronomía, lo cual equivale a unos 160 años luz de la Tierra".

Esa cercanía es la que permite su detección, ya que si fuera más lejana no podría verse siquiera, como en este caso, a través de un potente telescopio. Aunque es muy masiva -su masa es equivalente a 1,10 la del Sol- no es gigantesca, sino todo lo contrario, y eso responde a una condición particular de este tipo de cuerpos.

"La relación masa-radio es a la inversa que en las estrellas normales que, cuanta más masa tienen, mayor es el radio que abarcan. En cambio, en las enanas blancas, a más cantidad de masa, más compactas y pequeñas son, y eso las hace muy difíciles de detectar", detalló el especialista.

Nueva estrella WD J0135+5722: qué descubrieron los científicos

El hallazgo de la nueva estrella tiene, además, otro elemento que la destaca: el número de pulsaciones detectadas, más del doble de lo máximo que hasta ahora se había observado. Las pulsaciones son vibraciones que se producen por lapsos de algunos minutos en el interior de ciertas enanas blancas debido a ciertos desequilibrios térmicos, y que producen variaciones en su brillo.

"Nuestras interpretaciones de las imágenes y datos captados nos permitieron detectar 19 modos o períodos de pulsación, mientras que en otras enanas blancas nunca se habían encontrado más de ocho", relató Francisco De Gerónimo.

"Cada oscilación del brillo nos brinda información muy valiosa acerca de la composición de una región en particular de la estrella, entonces, cuantas más pulsaciones localizamos, más datos obtenemos y eso nos permite ir descifrando la estructura interna de la estrella, cómo están formadas sus distintas capas, su núcleo, y con esto podemos ir hacia atrás e inferir su origen y evolución", añadió el experto.