

La semana pasada Amazon anunció que haría una división de acciones de 20 a 1 y se suma a una tendencia ya adoptada por compañías como Tesla, Google y Apple. La estrategia no es nueva, pero parecía olvidada por el mercado financiero y sirve, en gran medida, para permitir el ingreso de una mayor cantidad de inversores minoristas.
La operación supone incrementar el número de acciones sin aumentar la capitalización de la compañía. De esta manera, el precio de cada papel disminuye -en el caso de Amazon cada una vale un 5% de lo que representaba antes del split-, lo que permite la entrada con menor cantidad de dinero. A la larga, con el mayor volumen comprador logrado por los inversores minoristas, el market cap debería tender a subir.
Históricamente, el beneficio medio 3 meses después de un split es del 7,8%, lo que supera la ganancia media del 2,1% del S&P 500 en ese marco temporal, según Bank of America.
En Wall Street ya comenzaron a preguntarse si el split de acciones es una tendencia que llegó para quedarse. Algunos analistas ya vaticinan que podrían verse más operaciones de este tipo en los próximos meses.
Datos del Bank of America muestran que alrededor del 15% de la capitalización de mercado total del S&P 500 está representada por acciones que cotizan por al menos u$s 500. Este es un nivel que podría ser lo suficientemente alto como para que una división compense a nivel de estrategia.
Las tecnológicas de gran capitalización son quienes están tomando la delantera. Y se espera muchas otras deberían seguirlas si quieren captar a los inversores minoritas.













