El resultado de las PASO entusiasmó a gran parte del mercado, que no suele ver con buenos ojos al Gobierno. Sin embargo,una de las alarmas que se encendió luego de la derrota oficialista es la posibilidad de un recalentamiento de la expansión monetaria con fines electorales hasta las generales de noviembre.

Pero tal expansión se chocaría con un límite: la propia Carta Orgánica del Banco Central (BCRA).

En lo que va del año la base monetaria creció 20%, es decir, 12,3 puntos por debajo de la inflación acumulada en estos nueve meses, lo cual es positivo.

Sin embargo, se empiezan a ver ciertos signos de recalentamiento, como una aceleración de la emisión monetaria para asistir al Tesoro (de los $ 850 mil millones transferidos en el año, $ 5200 mil millones fueron entre julio y septiembre) y un crecimiento sostenido de las Leliq y los pases, que ya llegan a los $ 4,15 billones, y han generado intereses por $ 855.553 millones en este 2021.

Según estimaciones de la Consultora 1816, el BCRA puede transferirle al Gobierno, de aquí a fin de año, $ 650 mil millones, como máximo, entre utilidades y adelantos transitorios.

En tanto, el economista Juan Pablo Di Iorio estima que el margen es un poco más generoso: "Ya están utilizando las utilidades no asignadas de períodos anteriores, es decir, agotaron la totalidad de las generadas en 2020. Les quedan $ 130 mil millones, más $ 680 mil millones aproximadamente de adelantos transitorios".

Víctor Ruilova, economista de Econviews, considera que entre utilidades y adelantos aún se pueden emitir otros $ 780 mil millones.

Ahora bien, ¿tiene margen de acción el Banco Central para ayudar al Gobierno más allá de lo que le permite su propia norma? Algunos agentes de mercado consideran que una modificación en la Carta Orgánica, que le permitiría desatarse las manos de aquí a fin de año, sería visto como una "radicalización" y, por ende, un efecto disruptivo que generaría un verdadero malestar en los mercados. No parece posible.

Pero también existen caminos alternativos, apelando a la creatividad. Desde 1816 consideran que una posibilidad es la emisión de Letras Intransferibles, que podría llevar el margen de expansión hasta el billón de pesos a fin de año.

"El Gobierno podría volver a recurrir a letras intransferibles invocando el artículo 6 de la Ley 23.928, que es el que indica que las reservas de libre disponibilidad del Central se pueden usar para financiar pagos de deuda del Gobierno a organismos internacionales", sostiene un informe de la consultora.

En tanto, Di Iorio cree que el margen de acción puede llegar por el lado de cambios normativos más básicos que le permitan al Tesoro ampliar su capacidad de financiación en el mercado. "Podrían optar por alterar la disposición acerca de los encajes bancarios en cuanto a las condiciones e incentivar el viraje de letras del BCRA hacia letras del Tesoro", explicó.

Asimismo, Ruilova considera que con la emisión disponible alcanzaría para la asistencia monetaria que requiere el Gobierno. "Pueden ir hasta un 3,7% de déficit del PBI", señaló.

No obstante, en caso de que el Gobierno se quede corto con ese número, Ruilova imagina una solución similar a la que planteó Di Iorio: "Pueden apuntar a subir el roll over del Tesoro, utilizando alguna medida que les de más margen".

Este camino es el que tomó el Central a fines de mayo, cuando permitió que los bancos contabilicen como encajes las letras y bonos en pesos que van de 180 a 450 días.

La medida es expansiva, ya que el Tesoro la utiliza para pagar deuda y son pesos que salen de Leliq y pases, que son mecanismos de absorción.

No obstante, un informe de la consultora Delphos Investment, previo a las PASO, señalaba ya que el stock de Leliq y Pases seguirá creciendo para cerrar el año en $ 4,8 billones, lo que implicaría una emisión para el pago de intereses por alrededor $ 1,3 billones (3,1% del PBI). De llegar a ese volumen, los pasivos remunerados implicarían un 150% de la base monetaria.