Mientras el Gobierno pone el foco en mantener el orden macroeconómico, profundizando la desaceleración de la inflación y la "calma" en torno al precio del dólar tras la flexibilización del cepo, el campo registra un aluvión de exportaciones y un boom en cuanto a la liquidación de divisas de los principales cultivos.

Este contexto se enmarca en la baja temporal de las retenciones (soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sus derivados), cuya vigencia se extenderá hasta el próximo lunes 30 de junio. Precisamente, Javier Milei ratificó que no se prorrogará la medida ylas alícuotas para los productos del agro volverán a los niveles previos.

Si bien importantes entidades del campo, como la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), volvieron a reclamarle al Ejecutivo una "revisión urgente" de la medida dispuesta meses atrás, el analista financiero Salvador Di Stéfano, con amplio conocimiento de la economía del agro, dejó en claro que los Derechos de Exportación, conocidos como retenciones, deben ser eliminados.

"Por eso le decimos a la gente que venda la soja y el maíz porque, probablemente, volvamos a los niveles de retención de enero. No veo bien que el Gobierno no las elimine (a las retenciones) en el corto plazo", señaló durante el 12° Congreso Ganadero, organizado por la Sociedad Rural de Rosario.

A pesar de eso, el experto ve con buenos ojos invertir en un sector clave del campo. "El año ganadero es espectacular porque tenés muy buenos precios internacionales, internamente tenés una caída de rodeo y una liquidación de vientre importante", explicó.

En ese sentido, planteó que "el escenario que tenemos por delante es muy bueno", aunque remarcó que se trata de "una actividad capital intensiva, hay que tener mucho dinero y hay que esperarla".

Desde su punto de vista, proyectó: "Si uno mira el negocio en perspectiva de los próximos 10 años, es un gran momento para entrar en la ganadería".

En la actualidad, Di Stefano destacó el accionar del Presidente para reducir el impacto inflacionario y estabilizar el dólar, beneficiando a "sectores como la ganadería o lechería".

No obstante, también resaltó que la pax cambiaria "no le marida tan bien" al agricultor, porque es aquel que espera una devaluación para desprenderse de la soja y "ganar mucha guita".