

El tipo de cambio se ha convertido en el principal ancla inflacionaria para el Gobierno de cara a octubre y, en ese contexto, el ritmo de apreciación nominal del dólar mayorista contra nuestra moneda ha caído del 38% anualizado de febrero al 19% en lo que va de abril (en enero había sido del 44%).
Desde el Banco Central aseguraron a este medio que aún "hay margen para regular el ritmo" y destacaron que lo que hay que observar "es el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM)".
Por otro lado, sostuvieron que la idea es "no permitir un atraso cambiario".

En tanto, una importante fuente del mercado agroexportador afirmó ante la consulta de El Cronista: "Por el momento esa situación no afecta las ventas al exterior de granos y oleaginosas, porque tenemos buenos precios internacionales y una demanda internacional sostenida".
Sin embargo, esta misma persona advirtió: "Lo importante es que no se expanda la brecha entre el dólar oficial y las demás cotizaciones, porque eso genera menos ventas de granos de los productores a los exportadores".
Más allá de que aún no sea momento de prender las luces rojas y que el TCRM aún conserva parte de la competitividad ganada con las devaluaciones de 2018 y 2019, algunas consultoras advierten que la menor depreciación del peso, combinada con una inflación que sigue caliente (3,6% en enero, 4% en febrero y posiblemente no baje de ese rango en marzo y abril), puede ser un combo riesgoso.
"En términos reales, este año el tipo de cambio se apreció 5% respecto de las monedas de los principales socios comerciales y, en particular, 8% en relación al real brasilero", consignó un informe de la consultora Analytica.
"Esta situación puede profundizarse en los próximos meses, dado el aumento en la tasa del bono a 10 años del Tesoro de Estados Unidos, que puede presionar a una mayor devaluación en las monedas de las economías emergentes", agregó el informe.
"La gran mayoría de los países de ingreso medio -consideró-, que a su vez son nuestros socios comerciales (Brasil, México, Chile, India, entre otros) tienen una cuenta capital desregulada y enfrentan potenciales salidas de fondos, debilitando sus monedas, máxime si tenemos en cuenta que han reducido sus tasas de política monetaria debido a la pandemia".
Por último, desde Analytica sentenciaron: "El atraso cambiario sólo es compatible con un cepo cambiario cada vez más restrictivo".
La economista jefe de Fundación Capital, Irina Moroni, consideró que la "estrategia oficial" de llegar a las elecciones con un tipo de cambio más planchado, combinado con una política monetaria y fiscal expansivas, "incrementa los riesgos hacia delante".
No obstante, Moroni consideró que la buena liquidación de la cosecha y la ampliación de los DEG, permite "comprar tiempo".
"Después de los comicios, la acumulación de distorsiones será cada vez más difícil de sostener, por lo que gana probabilidad de ocurrencia un reacomodamiento macroeconómico", advirtió la analista.
Por su parte, el economista sectorial de Ecolatina, Santiago Manoukian, se preguntó "cuán sostenible es una apreciación real con reservas netas en niveles exiguos, sin que esto tensione la reconstrucción la curva de bonos del Tesoro en pesos".
Sin embargo, Manoukian estimó que "el BCRA, a través de ese gran flujo de divisas que se ve más un eventual ingreso de Derechos Especiales de Giro del FMI, puede favorecer un ancla cambiaria, pero ese objetivo choca con otros dos: recomponer reservas y controlar la brecha".
Para adelante, Manoukian afirmó que "va a ser importante que el Gobierno pueda sostener el ajuste fiscal y monetario de los últimos meses, para no presionar las expectativas de devaluación adelante".
De cara a los próximos meses, la economista de LCG Julia Segoviano advirtió que "un tipo de cambio sostenido a base de controles cambiarios muy fuertes y con reservas netas aún en niveles bajos puede empezar a incrementar las expectativas de devaluación".
En tanto, el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño, expresó al respecto: "El tipo de cambio real ya se viene apreciando, porque el diferencial de inflación le viene ganando, versus socios comerciales, al ritmo de depreciación. Pero el tipo de cambio real es un resultado, el gran problema de hoy es la incertidumbre, con lo cual no sabés cuál es el tipo de cambio de equilibrio. Es difícil hablar de atraso en ese sentido".













