

De a poco, la migración comienza a tomar forma. Tras el frustrado intento de extender vencimientos de deuda que significó la introducción de las Leliq a seis meses, el Banco Central (BCRA) está logrando, con el estreno de las flamantes Notaliq, a estirar los plazos para su deuda y reducir el stock de pases pasivos, que cayeron a una quinta parte del nivel que exhibían cuando comenzó el año.
Luego de los feriados de carnaval, la autoridad monetaria realizó una nueva licitación de las Leliq a uno y seis meses y de las las Notas de Liquidez (Notaliq) que introdujo dos semanas atrás. Frente a un vencimiento apenas superior a los $ 375.010 millones, la entidad colocó unos $ 364.697 millones, quedando apenas unos $ 10.313 millones (2,75% de los vencimientos) sin renovar.
Del monto total adjudicado en la licitación, unos $ 331.173 millones (90,8%) se dirigieron hacia las Leliq a 27 días, cuya Tasa Nominal Anual (TNA) fue incrementada hace dos semanas a 42,5%. Solo $ 1000 millones (0,27% del total) se dirigió a las Letras de Liquidez a seis meses, pese a que estas últimas pagan una TNA de 47%.
Es que los 4,5 puntos porcentuales de diferencia de TNA entre las Leliq a uno y seis meses se comprimen de manera significativa cuando se observa la Tasa Efectiva Anual (TEA) de cada instrumento. Para las Leliq "cortas" quedó en 51,9%, mientras que la de las Leliq a seis meses se ubica en 52,6%. Esos 0,7 puntos porcentuales de diferencia son vistos por los bancos como un premio menor ante el riesgo de hundir capital por seis meses.
Distinto es el panorama para las Notaliq. Tras un auspicioso debut en el que lograron captar unos $ 249.050 millones -cifra que representó el 35% del monto adjudicado el martes 22 de febrero- las nuevas Notas de Liquidez obtuvieron este miércoles unos $ 32.524 millones, un 8,9% del total licitado.
El hecho de que, a la hora de estirar vencimientos, las entidades muestren una marcada preferencia por las Notaliq refleja la expectativa de que el BCRA tendrá que volver a elevar su tasa de referencia en un futuro cercano. "Si una entidad cree que en el futuro va a haber suba de tasas, le conviene la Notaliq. Si por el contrario, cree que habrá una reducción, le conviene la tasa fija a 180 días", habían explicado desde el Central cuando anunciaron la introducción de estos nuevos instrumentos.
La expectativa de una nueva suba de tasas radica en que el BCRA viene ratificando el compromiso asumido de ofrecer tasas reales positivas. Sin embargo, y pese a que elevó su tasa de interés en dos oportunidades este año, aún no logra dar retornos positivos en términos reales.
En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Central, cabe recordar, los analistas proyectaron una inflación de 55% para 2022 y de 53,9% para los próximos 12 meses.
La buena noticia para el BCRA es que desde que comenzó el año logró reducir de manera considerable el stock de sus pases pasivos. Tras haber anunciado en enero la desaparición progresiva de los instrumentos a siete días, y de haber reducido dos veces las tasas que paga por estos instrumentos, el stock de pases pasó de $ 2,895 billones cuando comenzó el 2022 a $ 647.526 millones el 24 de febrero, último dato disponible en la web del BCRA.
Tras los $ 375.010 millones que vencían hoy, la autoridad monetaria enfrentará mañana vencimientos por unos $ 317.071 millones más.













