

Para 2016, el atraso cambiario en niveles del 25% interanual demandará u$s12.500 millones entre el dólar ahorro y déficit de turismo, mientras que el pago de la deuda pública, que serán u$s 4.000 millones o u$s 9.000 millones, dependiendo si se alcanza o no un acuerdo con los holdouts, por lo que el próximo gobierno necesitará de al menos u$s 21.500 millones, según el último informe de Econométrica.
A su vez, el estudio remarca que despejar el horizonte de financiamiento permitirá alejar la expectativa de inminente devaluación.
Ahora bien, aún si logra financiamiento externo para estabilizar las reservas en el arranque del 2016, igualmente cuesta creer que el próximo Gobierno sin pruritos salga a tomar deuda externa a ritmo claramente insostenible e imprudente, por lo que no sólo la expectativa de devaluación estará latente, sino que es evidente que hay cepo incluso mucho más allá de diciembre de 2015, advirtió el economista Ramiro Castiñeira, a cargo del informe.
Además, el estudio señaló que en los 90 el Estado se endeudó a unos u$s 8.000 millones anuales, además de vender YPF y descapitalizar al Banco Central, para sostener la convertibilidad, pero cuando se agotaron las fuentes de financiamiento, se destapó la olla en 2001. Econométrica sostiene que, salvando las distancias, Argentina vuelve a tener atraso cambiario, desde hace años financiado con las reservas. En ese línea, concluye que con las arcas del BCRA en baja, se apeló a una receta conocida por el país: tapar los problemas con deuda externa y dejarlos debajo de la alfombra para el próximo Gobierno.












