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Tras superar con éxito las elecciones legislativas, el Gobierno se reagrupó con cambios forzados y no forzados en el Gabinete. La pregunta que surge puertas adentro, tras los cimbronazos internos, es: ¿cuál será la reacción del mercado ante una semana sin sobresaltos?

En ese sentido, el economista Luis Secco, de la consultora Perspectivas, y una de las voces disidentes más escuchadas por el presidente Javier Milei, realizó un diagnóstico crítico del actual esquema cambiario en una entrevista con CNN Radio, donde anticipó que una corrección del tipo de cambio es inminente y alertó sobre las señales que indican un dólar desalineado.

Secco fue contundente al evaluar la situación previa a las elecciones: “Me parece que el programa, tal cual lo conocemos, se mostró frágil y vulnerable, necesitó de este respaldo inédito del gobierno norteamericano para llegar hasta las elecciones”.

En ese sentido, el economista señaló que “lo que llamábamos el plan ‘aguantar’, no aguantó, no llegó. Hubo que salvarlo”.

En cuanto a las perspectivas inflacionarias, Secco proyectó una inflación cercana al 30% para 2025, aunque relativizó el cumplimiento de la meta presidencial: “No creo que se llegue al 0% que pretende el Presidente”. Sin embargo, advirtió que todo dependerá del timing de la corrección cambiaria.

La corrección cambiaria: inevitable aunque Milei resista

El analista consideró que el mercado está “esperando que haya una corrección” del tipo de cambio, más allá de la euforia inicial postelectoral. “Si esa corrección cambiaria tiene lugar este año, va a haber una pequeña traslación a precios”, explicó, detallando diferentes escenarios según cuándo se implemente el ajuste.

Particularmente crítico, Secco anticipó tensiones con el propio Presidente: “A Milei da la sensación de que se va a jugar por persistir con esta política cambiaria y evidentemente eso puede llevar a que la inflación hacia la mitad del año que viene pegue algún saltito porque va a haber que corregir, aunque el Presidente no quiera”.

Cuatro señales de un dólar desalineado

Al analizar si el tipo de cambio actual es de equilibrio, Secco enumeró cuatro indicadores preocupantes:

  1. Incapacidad de acumular reservas: planteó la pregunta clave: “¿Puede o no puede comprar dólares el Banco Central y el Tesoro en un contexto en el cual debemos dólares y hay que empezar a pagarlos el año que viene?”
  2. Turismo de compras: mencionó el fenómeno de “las colas o las filas de los argentinos para comprar mercadería en la frontera” como síntoma de que “tenemos un problema de precios muy caros en dólares”. Su conclusión fue clara: “Si todo está caro en dólares, uno tiene la sospecha de que es el dólar el que está barato”.
  3. Déficit externo estructural: aunque reconoció que las exportaciones crecen, alertó que “las importaciones crecen más que las exportaciones” y que, pese a la balanza comercial positiva, “tenemos déficit en la cuenta corriente”, lo que implica que “necesitamos que alguien ponga dólares por nosotros porque no nos alcanzan”.
  4. Sectores transables deprimidos: “Vos sacás el comportamiento del campo y de la energía y tenés todos los sectores que tienen que competir con importaciones o que tienen que exportar con problemas de competitividad”, describió, señalando que estos sectores “no tienen margen”.

La macro que no llega a la micro

Consultado sobre la desconexión entre los indicadores macroeconómicos y la percepción ciudadana, Secco identificó una fuerte dispersión sectorial y geográfica. “Si te vas a Neuquén, vas a encontrar a todo el mundo muy feliz”, contrastó con la situación en los grandes conurbanos, donde “los sectores más rezagados son el comercio, la industria y la construcción”.

Lo más llamativo para el economista es la ausencia del esperado cambio de expectativas: “Si uno esperaba qué podía pasar después de las elecciones y qué podía pasar con el respaldo norteamericano, decía ‘bueno, tiene que haber un shock de expectativas’”.

Sin embargo, el especialista reconoció con preocupación: “Y eso no está pasando. Entonces me da la sensación de que no, ni aun eso logró ese cambio de expectativas”.

El diagnóstico de Secco plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del actual esquema cambiario y sugiere que, más temprano que tarde, el gobierno deberá realizar ajustes que el propio presidente parece resistir.