"Con urgencia". Así se titula el pedido que desde el directorio de los bancos le hacen llegar a las áreas de Riesgos para simular escenarios con diferentes variables ante una aceleración inflacionaria. Siempre viendo en qué posición queda el banco. Es decir, cómo le va a ir al banco frente a determinado contexto de un IPC creciente. "Stress testing", lo denominan en la jerga financiera a esta simulación de escenarios que es interno para cada banco. Las áreas de Riesgos suelen simular para el Banco Central con fechas de entrega. Pero, dado el contexto, desde los propios directorios pidieron internamente que preparen un detalle con las variables a manejarse. "Para que el directorio pida eso, es porque hay preocupación al respecto", confiesan dentro de la línea gerencial de las distintas entidades. Lo primero que sugieren los papers es achicar plazos, subir el score crediticio, aunque hoy la mora no es un problema y tomar cobertura de inflación para que el patrimonio neto no se devalúe. Algunas medidas ya están implementando, como reducir los préstamos para pymes de doce a seis meses. "Los bancos buscarán mandar todos los pesos que puedan al BCRA, tener al crédito corporativo enfocarlo en descubiertos bancarios (tasa fijada diariamente) y evitar todo lo que sea de crédito a tasa fija o regulado", se aventura Rodrigo Terre, de First. Desde la misma compañía, Guillermo Barbero advierte que la inflación creciente ataca al patrimonio neto líquido de los bancos y de cualquier empresa: "Es esa parte del capital que no está invertido en bienes o en activos que se ajustan por índice de precios o cláusula dólar". Entonces lo primero que hará el banco es aplicar todo lo que sea patrimonio neto inmovilizado a activos que de alguna manera seguirán al índice de inflación o a la cláusula dólar. "Van a prestarle atención a todo lo que pueda ser ajustable por el índice de precios, a acciones, que son vinculadas al valor de una compañía y a títulos públicos o privados nominados en moneda dura. El problema es quedarse con activos que se ajusten por tasa de interés fija", agrega Barbero. El analista Nicolas Bianchi no observa para el corto plazo un escenario de descontrol que derive en una híper inflación de libros, aunque a su criterio ya se esté frente a una híper inflación moderna, al acumular inflación de tres dígitos. Da a conocer escenarios pesimistas que proyectan índices mensuales del 13% para agosto, 12% para septiembre y un alarmante 30% para octubre. "Teniendo en cuenta esto seguramente los bancos van a limitar más las líneas de préstamos y se van a poner más duros para aprobar distintas líneas de préstamos. De hecho hoy el 70% de los ingresos de los bancos provienen de los intereses de las Leliq, ya que hace rato pierden plata con la parte de intereses por préstamos", comenta. Desde la óptica de Mauro Cognetta, managing partner de Global Focus Investments, los bancos van a tomar todos los recaudos posibles y tratar de no exponerse al riesgo de la moneda en pesos, siempre dentro de sus limitantes. Las regulaciones le impiden posicionarse en moneda extranjera todo lo que quisieran, por lo que les queda colocarse en instrumentos atados a la inflación o en tasa de interés contra el BCRA, ya que tampoco tienen muchas otras herramientas para defenderse. Cognetta sostiene que van a aumentar el scoring crediticio, serán más cautos a la hora de colocar créditos, además de no verse tan tentados a captar plazos fijos si no tienen luego donde colocar esos pesos.