

El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que la economía argentina “ya empezó a mostrar señales de recuperación” tras el resultado de las elecciones legislativas, y proyectó que el producto bruto interno podría crecer “entre cinco y seis por ciento” en 2026. En una entrevista con La Nación +, el funcionario destacó que el resultado electoral “fue un espaldarazo espectacular” al rumbo económico del Gobierno y aseguró que el país está en condiciones de iniciar una etapa de expansión.
“El feedback que recogimos de todos los sectores fue clarísimo. Había un parate fuerte producto del riesgo político, pero las elecciones fueron tan elocuentes en cuanto a la reafirmación del rumbo económico que la gente eligió, que vamos a empezar a ver una recuperación inmediata”, afirmó. Según Caputo, esa mejora “se va a manifestar en el tercer trimestre” y permitirá que el próximo año el crecimiento se ubique “tranquilamente en el orden del cinco o seis por ciento”.
El ministro también se refirió al pronóstico que días atrás realizó el presidente Javier Milei, quien había estimado que el crecimiento podría ubicarse entre 7% y 10%. En ese punto, Caputo consideró que “Argentina tiene potencial para crecer tranquilamente en ese rango”, aunque subrayó que el resultado dependerá de la reacción del sector privado. “Mucho va a depender de cuánto logremos convencer a los diferentes actores económicos de que cuanto más rápido muevan, más rápido vamos a salir todos de esta crisis que heredamos”, señaló.
Durante el reportaje, el titular del Palacio de Hacienda insistió en que la estrategia oficial apunta a una recuperación “con base en la inversión privada y en la confianza”. “Este es un gobierno que invierte en la gente. Todo lo que el país crece y, consecuentemente, aumenta la recaudación, nosotros lo devolvemos a la gente con baja de impuestos”, explicó. En ese sentido, remarcó que la política fiscal se centra en “hacer exactamente lo opuesto a lo que se hizo en los últimos dieciséis de los últimos veinte años”.
Caputo también se refirió a la situación del dólar y a las condiciones actuales del mercado cambiario. Consultado sobre si se sentía cómodo con el nivel actual de la divisa, respondió que “el dólar flota dentro de una banda” y que, por lo tanto, se encuentra conforme “con cualquier precio dentro de esa franja”. Sin embargo, aclaró que un valor excesivamente bajo podría afectar a la economía real.
“Si hoy el dólar fuera muy por debajo del piso, no le haría ningún bien a la economía”, afirmó. Según el ministro, el objetivo del esquema cambiario es evitar tanto un atraso que afecte la competitividad como una escalada que genere incertidumbre. “Me siento cómodo con cualquier precio dentro de la banda, porque sé que no puede pasar el techo”, explicó.
El funcionario evitó precisar niveles específicos, pero dio a entender que un dólar demasiado apreciado no resulta deseable para el equilibrio macroeconómico. “Preferiría que no se ubique en un precio tan bajo”, señaló.
Caputo insistió en que la política cambiaria actual “brinda previsibilidad” y que el Gobierno “no intervendrá fuera de los parámetros establecidos”. En esa línea, destacó que “el régimen de bandas permite que el mercado se autorregule sin distorsiones”, y consideró que el principal desafío sigue siendo “consolidar la estabilidad y reactivar el crédito”.
El ministro se mostró confiado en que la combinación de disciplina fiscal, baja de impuestos y estabilidad cambiaria “va a permitir una recuperación sostenida” en los próximos meses. “Cuanto antes el sector privado perciba que el rumbo es consistente, antes se va a reflejar en empleo y en salarios”, advirtió.
Caputo amplió su explicación sobre el esquema de bandas cambiarias y defendió su implementación frente a la posibilidad de avanzar hacia una flotación libre del tipo de cambio. “Es opinable, no voy a descalificar a quien crea que hay que flotar, pero nosotros creemos que este esquema es superior”, sostuvo. Según el ministro, la prioridad del Gobierno es brindar estabilidad y previsibilidad en un contexto todavía sensible.
“La gente hoy quiere previsibilidad, no quiere levantarse mañana y que el dólar se fue a mil setecientos porque pasó algo. No quiere volatilidad”, afirmó. En ese sentido, explicó que el régimen de bandas busca ofrecer certidumbre tanto a los consumidores como a las empresas. “Con las bandas, le damos tranquilidad a la gente. Argentina tiene todavía una demanda de dinero muy volátil y frágil, y ante cualquier situación de incertidumbre, la reacción inmediata es ir al dólar. Eso no ocurre en todos los países”, señaló.
El funcionario comparó el comportamiento del mercado local con el de las economías desarrolladas. “En Estados Unidos, cuando hay incertidumbre, la gente se refugia en bonos del Tesoro, lo que hace que bajen las tasas y se mejore el clima económico. En Argentina, cuando la gente se refugia en el dólar, pasa lo contrario: empeoran las condiciones”, explicó.
Caputo argumentó que, por esa razón, el país necesita hoy un esquema que reduzca los sobresaltos. “Vos tenés que darle hoy más previsibilidad a la gente, y eso lo hacemos con las bandas”, insistió. Añadió que el sistema no solo apunta a limitar la volatilidad cambiaria, sino también a contener la inestabilidad política. “Argentina necesita eliminar la volatilidad política. No podemos seguir estando cada dos años en un contexto en el que pasamos de capitalismo a comunismo. Eso genera una incertidumbre que no es normal en ningún país”, dijo.
Para ilustrar el punto, recordó lo ocurrido en 2019, cuando la derrota del entonces presidente Mauricio Macri en las primarias provocó una corrida cambiaria y el regreso del cepo. “Argentina flotaba, pero después de las PASO tuvo que volver a imponer controles. Eso demuestra que el país necesita consolidar credibilidad y estabilidad antes de pensar en una flotación plena”, explicó.
En esa línea, sostuvo que “el esquema de bandas es mucho mejor para los argentinos” y que el Gobierno “no va a hacer nada que perjudique al país en términos de riesgo”. Según Caputo, una flotación libre podría funcionar en teoría, pero no bajo las condiciones actuales. “Respetamos a quienes piensan distinto. Incluso podría funcionar bien. Pero hoy, en términos ajustados por riesgo, no vale la pena. Lo que estamos haciendo con las bandas es flotar de manera gradual, logrando el mismo efecto, pero acotando el riesgo y dándole más tranquilidad a la gente”, aseguró.
El ministro enfatizó que el régimen vigente “impide cimbronazos” y protege al público de movimientos bruscos. “Vos no te vas a levantar mañana y ver que el dólar subió de golpe. Si llega al techo de la banda, de ahí no pasa”, expresó.
Sobre el final del reportaje, Caputo se refirió a la relación con los gobernadores y a la negociación por las reformas estructurales. Señaló que cada provincia “quiere cosas diferentes”, pero consideró que el objetivo común debe ser acompañar el programa económico. “Lo más importante es que las provincias apoyen las reformas, porque si lo hacen, vamos a crecer fuertemente”, afirmó.
Al referirse a las discusiones fiscales y a los reclamos de las jurisdicciones, el ministro reiteró que el equilibrio presupuestario es una meta innegociable. “Apoyen las reformas y vamos a crecer. No queremos desequilibrio fiscal, pero tampoco vamos a resignar el rumbo”, advirtió.
Caputo cerró el diálogo insistiendo en que el éxito del programa económico dependerá de sostener la estabilidad, reducir la incertidumbre y consolidar la confianza. “Tenemos que seguir ganando credibilidad, mostrar resultados y estabilizar la demanda de dinero. Ese es el camino para que Argentina deje atrás la volatilidad”, concluyó.













