
Xi Jinping criticó "la ley de la jungla" que rige el comercio, comentarios considerados como un exabrupto contra Donald Trump con vistas a la cumbre del G20 a fines de este mes, donde los dos líderes conversarán sobre sus arriesgadas políticas arancelarias.
La dura retórica del presidente chino en su discurso inaugural de una feria internacional de empresas en Shanghai reduce las expectativas puestas en que surja de la cumbre del G20 en Argentina un acuerdo para poner fin al enfrentamiento entre Estados Unidos y China, en el que ambos países fijaron aranceles al comercio bilateral por miles de millones de dólares provocando, entre otras cosas, una agitación en los mercados asiáticos.
Trump aumentó las esperanzas de un acuerdo la semana pasada cuando elogió la "muy buena" conversación telefónica que tuvo con Xi y en la que se puso un "fuerte énfasis" en el comercio. Pero el líder chino no mostró señales de distensión y apuntó al unilateralismo, una clara referencia a las recientes medidas radicales que ha tomado la Casa Blanca.
"A medida que la globalización se profundiza, las prácticas basadas en la "ley de la jungla" y en la noción de que "el ganador se lleva todo" son un camino cada vez más angosto que conduce a un callejón sin salida", afirmó Xi durante la ceremonia de inauguración de la Exposición Internacional de Importaciones de China. "La inclusión, la reciprocidad y los beneficios mutuos están ampliando y corrigiendo el sendero".
Los mercados asiáticos renovaron su venta masiva ayer; el índice Hang Seng de Hong Kong cayó 2,1% y el indicador chino CSI 300 de grandes empresas de Shanghai y Shenzhen retrocedió 0,8%".
Xi repetidas veces trató de mostrarse como defensor de los acuerdos multilaterales y de la reducción de las barreras comerciales. Y repite las promesas que hizo en el Foro Boao en abril y en el Foro Económico Mundial de Davos en enero de 2017 de que tomará medidas para abrir la economía china a inversores extranjeros.
Pero el discurso no incluyó detalles específicos ni nuevos compromisos. Los ejecutivos y diplomáticos extranjeros se muestran algo escépticos en cuanto a las promesas de Xi; afirman que estas últimas siguen siendo vagas y que por el momento sólo hubo unas pocas reformas específicas en acceso al mercado y propiedad intelectual.
"Cuando uno dice: "Abrimos nuestro mercado y la puerta está abierta", eso es muy bueno", dijo Kris Peeters, ministro de Comercio de Bélgica a Financial Times después del discurso de Xi. "Es muy importante que China convierta sus palabras en acciones".
Pese al creciente escepticismo, Xi repitió las promesas de bajar los aranceles y relajar las barreras a la inversión, y prometió más medidas de apertura en telecomunicaciones, cuidados médicos, educación y cultura.
Agregó que China apoyará las reformas que sean "necesarias" en la Organización Mundial de Comercio para proteger el sistema de comercio multilateral. En un guiño a la preocupación por la competencia tecnológica, Xi también se comprometió a brindar una mayor protección a la propiedad intelectual, incluyendo mayores penas para quienes no la respeten.
El presidente chino no fue el único con críticas solapadas a la política comercial de EE.UU.. Jack Ma, fundador y presidente del directorio del grupo tecnológico Alibaba, describió la guerra comercial como "lo más estúpido que sucede en este mundo", durante un panel.
Xi pronostica que China importará mercaderías por u$s 30 billones y servicios por u$s 10 billones en los próximos 15 años, una cifra que no muestra una significativa aceleración comparado con la actual trayectoria de importaciones de China.
Pero Peeter afirmó que las compañías europeas siguen preocupadas por las normas de China que exigen la creación de joint ventures en ciertos sectores, por la protección a la propiedad intelectual y el trato desigual a las empresas extranjeras por parte de la burocracia china.














