La actividad económica de China se contrajo bruscamente en abril, ya que una ola de cierres en todo el país supuso el reto más importante para sus perspectivas de crecimiento desde la aparición del Covid-19 hace más de dos años. Las ventas minoristas, el principal indicador de la actividad de consumo del país, se desplomaron un 11,1% en términos interanuales, frente a las previsiones de una caída del 6,6% realizadas por los economistas encuestados por Bloomberg. En marzo, las ventas al por menor habían caído un 3,5% interanual. La producción industrial, que apuntaló la rápida recuperación económica de China tras el shock inicial por Covid a principios de 2020 y que se esperaba aumentara ligeramente a pesar de las recientes restricciones, cayó un 2,9%. Los datos son la señal más llamativa del creciente costo económico del enfoque de China sobre el coronavirus, que ha tratado de contener el nuevo brote mediante amplios confinamientos, tests masivos y centros de cuarentena. La eliminación de las infecciones es una prioridad para el presidente Xi Jinping, que este año ha reafirmado su compromiso con la estrategia, antes de presentarse a un tercer mandato. El enfoque de 'Covid cero' había contenido en gran medida el virus en los últimos dos años, pero las autoridades han intensificado sus medidas de forma drástica en 2022 tras un brote de la variante Ómicron, altamente infecciosa. Las restricciones se han centrado principalmente en Shanghai, que fue bloqueada a fines de marzo. "La actividad en abril fue más débil de lo esperado, [y] los descensos fueron liderados por las ventas minoristas, lo que es comprensible en el contexto de que hay cierres", dijo Carlos Casanova, economista senior para Asia de UBP. Casanova esperaba que las ventas minoristas se contraigan aún más en mayo. Decenas de ciudades y cientos de millones de personas en toda China han sido sometidas a confinamientos totales o parciales como parte de una política que se espera tenga profundas ramificaciones en las cadenas de suministro mundiales. La economía china ya estaba bajo la presión de una crisis de liquidez en sus desarrolladores inmobiliarios, altamente apalancados, y de una desaceleración inmobiliaria más amplia al desplomarse las ventas de viviendas. Durante el fin de semana, el gobierno recortó las tasas básicas de las hipotecas para los nuevos préstamos a los primeros compradores del 4,6% al 4,4%, la última de una serie de medidas de flexibilización destinadas a apoyar uno de los motores económicos más importantes del país. Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management, señaló que el Gobierno estaba presionado para lanzar nuevas medidas de estímulo y que el recorte de las tasas hipotecarias era "un paso en esa dirección". Pero añadió que "la eficacia de estas políticas depende de cómo el Gobierno 'afine' la política de tolerancia cero contra la crisis de Ómicron". La semana pasada, las autoridades dijeron que los ciudadanos no podrían salir del país por razones "no esenciales" e introdujeron medidas más severas en Shanghai, casi siete semanas después de que se estableciera un cierre en toda la ciudad. Un funcionario de la ciudad dijo este lunes que las autoridades pretendían reabrir ampliamente Shanghai a partir del 1 de junio. El producto bruto interno de China aumentó un 4,8% interanual en el primer trimestre. El gobierno se ha propuesto un crecimiento del 5,5% para el año, su objetivo oficial más bajo en tres décadas. Los economistas ya han recortado las previsiones de crecimiento para el segundo trimestre. Los analistas del banco australiano ANZ mantuvieron un objetivo de crecimiento del 5% para 2022, basándose en que los estímulos "compensarían la pérdida de actividad económica de los dos últimos meses". Sin embargo, se mostraron "pesimistas sobre las perspectivas de China a medio plazo", dadas las expectativas de que las medidas de apoyo se deshagan el próximo año. "El impacto del cierre de Shanghai es de gran alcance", escribieron. "La vinculación económica y tecnológica con el resto del mundo está en riesgo". La tasa de desempleo reportada fue del 6,1% en abril, su nivel más alto desde febrero de 2020.